Modo oscuro
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Tormenta de antaño

Capítulo 20 (Parte III): Lo que podría hacer con mi vida

Tomé una de las cajas, la que tenía los objetos mas personales que no estaba dispuesta a dejar pasar; aparte de ello, una mochila la poca ropa limpia que me quedaba.

Vaya, ¿cómo hice rendir mi poca ropa durante tanto tiempo?

Ohm, creo que era mejor no averiguarlo.

Con la caja en mano, la mochila y el bolso que saqué de la casa de Ilse y Héller me encaminé hacia el otro lado de la calle, al bar de Jinx.

Tomé una honda respiración antes de entrar. No es cómo si viniera a proponer que viviéramos juntos de manera indefinida. Aunque, igual, estaba explotando mis nervios.

Ya era bastante tarde, en realidad, temprano, ya que eran las tres de la madrugada. La hora en la que el bar cerraba. Estaba bastante solitario y oscuro, habían apagado las luces y el rotulo de cerrado ya estaba colgando.

Empujé la puerta con mi hombro, introduciéndome al fin allí.

Jinx estaba en el fondo de la barra, al lado del público, secando vasos para tragos. Resopló de tal manera que logré notar algo distinto. Su aura no era tranquila, alegre o llena de amor como solía permanecer. Esta noche brillaba de un color oscuro perturbador, tenía sabor a enojo, furia.

Hasta aquel momento, no había percibido aquella emoción de manera tan clara en él.

Dejé que la puerta se cerrara, haciendo ruido al chocar en el umbral. Él me miró de inmediato y su aura se apagó, bloqueándola para que yo lo mirara dentro de él, aunque era demasiado tarde.

Pero no lo sabía todo.

No sonrió como solía sonreír al mirarme, solo exhaló y puso el vaso que tenía en mano sobre la barra.

― ¿Que está mal? ―pregunté directamente.

Él golpeó el borde de la barra con la palma de su mano y se quejó.

Oh, ¿que rayos significaba eso?

Puse la caja en la barra, me libré de la mochila y el bolso para luego ir hacia él; tomé su mano y lo volteé hacia mí, mi mano derecha se posó en su quijada y puse mi pulgar en su barbilla.

―Dime ―pedí.

―El hermano de tu amiga y otro sujeto estuvieron aquí. ―Oh, eso no podía ser bueno―. Ellos vinieron aquí a fastidiar, en especial, fastidiarme. No pararon de hablar sobre cómo te resultó fácil reemplazarme, supuestamente, con un sujeto con él que te vieron esta tarde y sobre como él te llamó “su chica”.

―Uh, par de animales ―gruñí y suspiré―. Era Akram, Baldwin estaba molestándome, él pasaba por allí y decidió defenderme de esa manera. Quería hablar conmigo así que me acompañó un rato mientras conseguía cajas para la mudanza.

―Sé que era Akram...―bufó de tal manera que no logré entender si estaba siendo sarcástico o despectivo.

― ¿Piensas que podría engañarte con uno de tus mejores amigos? ―pregunté, apartando mis manos de él.

―No, claro que no. ―Frunció el ceño, haciendo esa expresión sobre chupar un limón.

― ¿Entonces?

―Ellos me molestan ―aclaró Jinx―. Que vengan a hablar así de ti, intentando arruinar nuestra relación, darte una mala reputación. Yo quisiera, ahorcarlos ―gruñó.

Sonreí, por eso estaba molesto. Porque hablaran mal de mí.

―Espera.copy right hot novel pub

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