El abuelo Arturo estaba sorprendido.
—No tenía intención de tartarlo de esta manera, pero usted no deja de ser agresivo. Usted abandonó a Noelia como su familia, ahora ella es mi esposa. Y ella no quiere ser una señorita de la familia Santos.
—¡Por favor, tengan algo de respeto! Y aléjense de mi esposa. Si alguien sigue molestándola, y trama cosas a nuestras espaldas, tengapor seguro que sabrásn de mí. —Marc sujetó el hombro de Noelia para salir directamente de aquel lugar.
La familia Santos inconscientemente quiso detenerlos, pero fueron bloqiueados por los guardaespaldas que Marc llevo.
Desde la sala de estar habían estado protegiendo a las dos personas que se dirigían hacia la puerta.
El mayordomo de la familia Santos y todos los sirvientes solo puedieron mirar con impotencia al hombre que se llevaba a Noelia.
El abuelo Arturo golpeaba su bastón con rabia. No esperaba que las cosas se desarrollaran hasta este punto. Y en ese momento, no solo había perdido la oportunidad de traer a Noelia, sino que también dejó caer una brecha insuperable entre él y su nieta.
—Noelia, ¿por qué no nos dijiste que te habías casado? ¿La familia de ellos lo saben? —El padre de Noelia negó con la cabeza, sorprendido.
La madre de Noelia volvió a la expresión habitual, mostrando una sonrisa de orgullo:
—La vida de mi hija es mejor que la mía. Es más prometedora que mía, desde que se casó con un hombre que puede protegerla.
—¡No tendrás que sufrir como yo, esta tú madre incompetente!
—¿De qué hablas, cariño? —El padre de Noelia tiró de la madre de Noelia—. No digas este tipo de cosas para aumentar los problemas. ¿No crees que ya ah sido suficiente?
La madre de Noelia lo ignoró, pero entró en el dormitorio con una mueca.
Por primera vez en tantos años, se sintió erguida frente a la familia Santos, y fue su hija quien le dio esa satisfacción.
Los hermanos Santos acababan de presenciar la escena, y la ira de Melisa había alcanzado su límite. «¿Realmente Marc se casó con Noelia?».
Renato Santos no tenía ningún interés en estas peleas, pero Aurelio Santos se mostró emocionado:
—Renato, ¿es realmente el Presidente de Halo Entretenimiento?
—¿Para qué preguntas?
—¡Qquiero emitir mis discos! Con esta conexión, yo...
—¡Reordena tus ideas, si el abuelo se entera, te romperá las piernas!
—¿Y qué? Marc es mi cuñado ahora. —Aurelio sacó inmediatamente su teléfono móvil para buscar las noticias sobre Marc.
***
Marc se mantuvo abrazando a Noelia, y no la soltó ni un momento. Su profunda voz rodeó el lugar:
—Es mi culpa. Llegué demasiado tarde y dejé que te hicieran daño.copy right hot novel pub