A Yadira se le rompió el corazón y se le estrechó la garganta mientras él hablaba.
Ella preguntó:
—¿Qué quieres decir?
Al oír sus palabras, Delfino dijo sin rodeos:
—Sé que tú también quieres tener la custodia de Raquel, pero no te la voy a dar.
Yadira apretó el teléfono y dijo con voz fría:
—Parece que tenemos un acuerdo tácito. Como tú dijiste, yo no te daré la custodia.
Luego, el tiempo transcurrió sin ninguna palabra.
Después de un rato, Yadira escuchó la voz profunda y fría de Delfino:
—Entonces, nos vemos en el juzgado.
Yadira respondió con una sola palabra y dijo con firmeza:
—De acuerdo.
Dicho eso, colgó el teléfono.
Dejando el teléfono a un lado, las piernas de Yadira eran tan débiles que apenas podía mantenerse en pie. Se mantuvo de pie apoyándose de la parte superior del sofá.
A mediodía, Noela le dijo que Delfino se iba a casar. En ese momento, todavía mencionó con calma la custodia de Raquel.
Sin embargo, cuando Delfino le dijo que se casaba y que quería tener la custodia de Raquel, a Yadira le costó mucho aceptarlo.
Nunca había pensado que un día se encontraría con Delfino en el juzgado luchando por la custodia de su hija.
Yadira pudo ver a Raquel apoyada en la mesa de centro, leyendo cómics desde la entrada de la cocina. No sabía leer muy bien, así que se limitaba a mirar los dibujos. Señalaba los libros y murmuraba.
Mirando a Raquel, Yadira apretó los puños. Nunca permitiría que ella viviera con Ximena. Debía luchar por la custodia de su hija por cualquier medio...
***
Después de colgar el teléfono, Delfino apoyó los codos en el escritorio y se llevó las manos a la frente.
Xulio llamó a la puerta y entró:
—Señor Delfino, ¿no va a volver?
Delfino no levantó la cabeza y dijo con voz ronca:
—Ni siquiera Raquel está en casa. No voy a volver esta noche. Vuelve y descansa primero.
Xulio no soportaba verlo así:
—Sr. Delfino, ¿realmente quiere ver a la Sra. Yadira en el tribunal?
Delfino no dijo nada. Después de un rato, se sentó derecho y levantó la cabeza.
Sus ojos estaban llenos de emociones que Xulio no podía entender. Sus ojos eran profundos y sombríos, como si no se pudiera ver el final del mismo.
—Este es el último paso. Después de esto, podremos dibujar en la red.—La voz de Delfino seguía siendo ronca, pero Xulio percibió un raro agotamiento en su voz.
—Creo que..copy right hot novel pub