Yadira vio a Noela acercarse en su silla de ruedas. Entonces, ella se apresuró a acercar a Raquel y a empujar la silla de ruedas de Noela. Le susurró:
—No hace falta que salgas.
—¿Cómo puedo ver esto si no salgo...? —Noela bajó la voz y miró en dirección a Yadira, mientras miraba con el rabillo del ojo a Delfino y a Ximena al otro lado.
Cuando terminó de hablar, se dio cuenta de que Raquel también estaba allí y gritó sorprendida: —¡Oh!, ¡Raquelita!
—Tía Noela. —Raquel se dirigió obedientemente a ella. Su mirada se posó en la pierna de Noela, que estaba cubierta de yeso. Preguntó con curiosidad:
—¿Te duele allí?
Noela se tocó la cara y sacudió la cabeza con una sonrisa:
—No, no me duele nada, nadita.
Al oír esto, Raquel alargó la mano y tocó con cuidado la pierna cubierta de yeso. Luego, levantó la cabeza para ver la reacción de Noela.
Noela no pudo evitar reírse. Tomó la mano de Raquel para que golpeara ligeramente su pierna y dijo:
—Realmente no me duele. Mi pierna está protegida con una armadura.
Raquel la miró con curiosidad y extendió la mano para golpearlo un poco, entonces soltó una risita.
Ximena recordó que en ese día en la cafetería, Delfino le había preguntado varias veces si había hecho algo. Ahora que veía a Noela, se sentía un poco culpable.
—Delfino, vamos. ¿Quieres llevar a Raquel contigo? —La voz de Ximena atrajo la atención de Noela.
Noela sonrió a Raquel y la empujó suavemente hacia Yadira. Le acarició la cabeza y luego miró a Ximena:
—¡Oh!, ¡señorita Ximena!, tiene una pierna rota. ¿Por qué tiene que preocuparse por el hijo de los demás? Ocúpese de sus propios asuntos ahora que eres mayor. De lo contrario, envejecerá más rápido.
Yadira susurró su nombre:
—Noela.
Noela siguió mirando a Ximena como si no la hubiera oído.
Ximena estaba muy enfadada por las palabras de Noela. Muy poca gente se atrevía a hablar mal de ella de frente. Además, después de estar con Delfino, se tenía mayor estima, por lo que nadie se atrevía a tratarla así.
Reprimiendo su ira, Ximena dijo:
—Señorita, ¿puedo preguntarle si la he ofendido de alguna manera? Por favor, cuide sus palabras.
Dado que Ximena sobornó a alguien para que hiriera intencionadamente a Noela, era imposible que no la conociera.
La mirada de Noela se posó en la pierna de Ximena, que también estaba escayolada. Dijo lentamente:
—Dicen que el karma siempre llegará a aquellos que hacen cosas malas.copy right hot novel pub