Miguel no tenía ni idea de quién había hecho la llamada, pero había pocos que pudieran desencadenar el salvaje cambio de humor de Yadira.
Echó un vistazo al teléfono de Yadira y pareció tranquilizarse:
—Yo volveré primero.
Yadira sonrió y le hizo un gesto con la cabeza.
Cuando Miguel se fue, Yadira recibió la llamada mientras caminaba hacia su casa.
Pero no habló. Se oyeron algunos crujidos en el teléfono. Luego, se quedó en silencio unos segundos después.
La voz de Delfino parecía más ronca y profunda al acompañar el silencio.
—¿Qué pasó entre tú y Ximena? —sonaba indiferente, sin ninguna emoción.
Yadira sabía que lo recibiría tarde o temprano, pero nunca esperó que se lo pidiera directamente.
—No es gran cosa —Yadira parecía estar tranquila— ¿Dónde nos reunimos hoy?
Delfino preguntó:
—¿Hay periodistas en tu barrio?
Yadira dudó. Y Delfino supo inmediatamente que sí.
—¿Puedes asegurar que los reporteros no te atraparán cuando saques a Raquel? —preguntó Delfino.
Para ser sincera, Yadira no estaba segura. Esto era también lo que le preocupaba.
Delfino declaró:
—Iré a verte.
Yadira respondió después de algunas dudas:
—De acuerdo.
Ahora era el camino más seguro. Raquel echaba de menos a Delfino, pero Yadira no podía sacarla ahora. Podría ser fotografiada.
Raquel estaba sentada en el sofá cuando Yadira llegó a casa. Se había puesto el vestido nuevo que Yadira le había comprado.
En cuanto vio a Yadira, corrió hacia ella:
—Mamá, ¿cuándo iremos a ver a papá?
—Él vendrá aquí. No necesitamos salir —Yadira le acarició la cabeza y le explicó.copy right hot novel pub