Eran exactamente las nueve cuando llegó al Grupo Collazo.
Todavía quedaba una hora para la reunión, así que Doria llegó temprano para conocer la situación de Grupo. Pero, antes de bajar del coche, Doria vio a un grupo de trabajadores en la entrada reclamando con carteles y pancartas.
Doria pensó, «Édgar tenía razón».
Ella se giró y preguntó,
—¿Qué debemos hacer ahora?
Édgar respondió,
—Bajemos primero.
En cuanto Doria apareció, alguien gritó,
—¡Es la hija de Rivera! ¡Tenemos que pedirle nuestro salario!
Pronto todos se reunieron a su alrededor. Sin embargo, los guardaespaldas se adelantaron inmediatamente para resguardar a Doria y a Édgar.
El ambiente se puso muy ruidoso.
Édgar sostuvo muy tranquilo a Doria en sus brazos, sin hacer frente a los manifestantes, con una actitud serena y fría.
Era la hora punta de trabajo, y al oír un alboroto tan grande, toda la gente que pasaba por allí se reunió para ver lo que ocurría.
Dentro de la empresa, Jairo observó el alboroto y arrugó el ceño,
—¿Por qué él también está aquí?
Gonzalo se puso a su lado y dijo,
—Señor Édgar siempre tiene un buen concepto de sí mismo y no es de extrañar que venga.
Jairo resopló,
—Esto es asunto de Grupo Collazo, pero él como Santángel, han venido a intervenirlo. No creo que esto pueda serle de utilidad.
Toda esa gente frente a la entrada fue dispuesta por Jairo, su plan original era atrapar primero a Doria, para hacerla saber que no era tan fácil entrar en el Grupo Collazo y así advertirle que no fuera tan arrogante. Luego, en medio del tumulto, él aparecería para dispersar a la multitud y así garantizaría que el Grupo Collazo sería definitivamente responsable de todos, así lograría ganar una buena reputación.
Pero ahora, en esta situación, su plan se había echado a perder.
Al mismo tiempo, cuando el grupo de personas se detuvieron, Édgar habló con indiferencia, —¿Por qué cesó el ruido?
Ellos se miraron como si dudaran si debían continuar.
Édgar dijo,
—El que alce la voz más fuerte cobrará más hoy.
—Eh, cómo puedes hablar así. solo queremos justicia. ¿No debemos reclamar nuestros derechos después de que Rivera nos ha engañado así?
—Rivera murió hace veinte años. ¿Acaso te ha engañado en tu sueño?
Esa persona que contestó estaba muy avergonzada.
En ese momento, otra persona respondió,
—De todas maneras, Grupo Collazo nos ha engañado, así que queremos...
—¿Qué quieren? ¿Morir con el Grupo Collazo?
—No puedes decir eso, solo queremos el dinero que nos deben.
Édgar habló sin expresión,
—¿Es razonable usar esta manera?
Todos se quedaron en silencio.
A este grupo de personas se les había pagado para que hicieran un alboroto en la entrada de la empresa, así que no esperaban tener que responder a estas preguntas.copy right hot novel pub