No sabía cuánto tiempo había pasado. Poco a poco Doria dejó de llorar y empezó a gemir.
Después de llorar, ella se calmó mucho y comprendió que era inútil lamentarse en este momento. Lo único que podía hacer era rezar para que William superara esto con seguridad.
Después de que Doria asentara su mente, Édgar dijo:
—Quédate aquí. Yo saldré a echar un vistazo.
Los ojos de Doria estaban rojos y ella asintió:
—De acuerdo.
Después de que Édgar se marchara, Doria miró la pared de cristal no muy lejos y se mordió el labio inferior. Un rato después, sacó su teléfono.
El último mensaje de chat de Claudia era de anteayer. Claudia dijo que Ning la acompañó a la revisión prenatal, y el médico dijo que su bebé estaba sano.
Doria no pudo darle la noticia. Colgó el teléfono y se apoyó en la pared.
Unos segundos después, a Doria se le ocurrió que Stefano la había llamado hace una semana. Doria se levantó, fue al pasillo e hizo una llamada a Stefano.
La voz de Stefano llegó por el otro lado después de sonar durante mucho tiempo:
—Doria.
Doria dijo:
—Cuando me llamaste hace una semana, ¿ibas a contarme la desaparición de Daniel?
Stefano hizo una pausa al otro lado del teléfono:
—¿Lo sabías todo? Quería discutir contigo sobre si decírselo a Claudia primero, pero luego lo pensé y decidí no hacerlo.
Doria contestó:
—Ahora estoy en Londres.
—Entonces... ¿también viste a William? ¿Cómo está ahora?
—Todavía no está fuera de peligro.
Stefano continuó diciendo:
—No puedo ir allí ahora mismo. Avísame si pasa algo.
Doria asintió suavemente:
—De acuerdo.
Colgó la llamada y se agachó lentamente contra la pared.
Después de un largo rato, Édgar volvió hacia ella, se arrodilló y le acarició la cabeza:
—¿Por qué estás fuera?
Doria levantó la cabeza para mirarle:
—Nada. ¿Has encontrado algo?
Édgar la ayudó a levantarse:
—Vamos primero al hotel. Luego te contaré los detalles.
Doria giró la cabeza para mirar la sala:
—Pero...
—Los médicos están vigilando aquí, y nos avisarán si pasa algo. No será de mucha ayuda aunque te quedes aquí.
Doria siguió a Édgar fuera del hospital, con la cabeza caída.
El teléfono de Édgar sonó cuando llegaron al hotel. Era una llamada de Ciudad Sur. Al ver esto, Doria abrió su maleta y sacó algo de ropa en el baño.
Cuando salió del baño, Édgar ya se había ido.copy right hot novel pub