No muy lejos, vio la figura alta y erguida del hombre.
Tenía en la mano un ramo de rosas rojo intenso.
Doria se quedó ligeramente aturdida y colgó. Pero la sonrisa en su rostro se hizo más visible.
No podía creer que fuera tan romántico y supiera traerla flores.
Édgar se acercó.
—¿Por qué no me llamaste cuando terminó?
Doria dijo,
—Cómo iba a saber que estabas esperando cerca.
Al principio quería enviarle un mensaje al llegar a casa.
Édgar dijo,
—¿Subes al coche?
Doria negó con la cabeza.
—Estoy un poco llena, quiero volver caminando.
Édgar se inclinó de repente y se acercó a olerla.
—¿Has estado bebiendo?
Doria hizo un gesto.
—Un poquito, ni siquiera me emborraché.
Ante eso, Édgar sonrió,
—Te acompaño a beber cuando lleguemos a casa.
Doria supo por su mirada que no tenía buenas intenciones. Se giró y siguió caminando.
—No hace falta. Beber con moderación es bueno para la salud, demasiado sólo te reducirá la vida.
Édgar la siguió,
—¿De dónde has oído todas esas tonterías?
—¿Acaso son tan tontos como los tuyos?
—Estoy mañana libre y podemos quedar para una cita. ¿A dónde quieres ir?
Doria hizo una pausa y le miró.
—Pero tengo que trabajar. Claudia ha vuelto a casa y el estudio no puede estar sin gente.
Édgar enarcó las cejas.
—¿Ha vuelto a casa?
Doria se quedó sin voz. Parecía que se le escapó algo indebido.
Obvió inmediatamente el tema y miró el ramo de rosas que tenía Édgar en sus brazos.
—Esto, ¿no me lo vas a dar?
Édgar la miró.
—¿Lo quieres?
¿O si no? Entonces, ¿para qué lo sostenía? ¿No era para ella?
Édgar dijo, —Me lo he encontrado en el camino. Te lo doy si lo quieres.
Doria apretó los dientes, le dirigió una mirada severa y se dio la vuelta para alejarse.
Édgar la siguió con una sonrisa,
—Ya está, es una broma. Es para ti desde un principio.
—Vale.
Ya no se lo creía.
Édgar dijo,
—Es un poco pesado, ¿no querías volver caminando? Te quedarás sin aliento después de dos pasos con tu fuerza.copy right hot novel pub