En la sala, Aitor seguía sosteniendo la mano de Valeria y esperaba que se despertara.
Cuando Valeria abrió los ojos, se dio cuenta de que estaba en un hospital y Valeria respiró aliviada por haber escapado finalmente.
—Valeria, estás despierta —Aitor se alegró y se puso nervioso al ver a Valeria despierta.
Al oír la voz de Aitor, los ojos de Valeria estallaron instantáneamente en lágrimas, y fue como si todas aquellas emociones de miedo y pánico hubieran vuelto a su mente. Había esperado tanto ver a Aitor mientras luchaba en el almacén, y ahora por fin lo volvía a ver.
—Aitor, yo... —ahogando el nombre de Aitor, Valeria no pudo decir más, sólo miró a Aitor con los ojos llorosos y borrosos.
Enjugando las lágrimas de Valeria, Aitor se inclinó hacia ella y la abrazó, diciéndole tranquilamente:
—Estoy aquí, está bien, estoy aquí contigo...
Al escuchar las palabras de consuelo de Aitor, Valeria finalmente sofocó sus lágrimas en sus brazos.
Al escuchar los sollozos de Valeria, los ojos de Aitor se humedecieron ligeramente mientras acariciaba la espalda de Valeria.
—No llores, está bien, ya está pasado.
No sé cuánto tiempo pasó hasta que Valeria dejó por fin de llorar y sollozó suavemente en los brazos de Aitor.
Apartando suavemente a Valeria de él, Aitor sacó un pañuelo de papel y le limpió las lágrimas. Después, Aitor la volvió a estrechar entre sus brazos y acarició suavemente su barbilla contra la parte superior de su cabeza, reconfortándola en silencio.
Valeria se acurrucó en el abrazo de Aitor, aprovechando con avidez su calor y sintiendo que su corazón por fin se tranquilizaba.
Después de un largo rato, Valeria, cuyas emociones se habían estabilizado lentamente, levantó la cabeza hacia Aitor. Nada más salir del pecho de Aitor, Valeria vio que su camisa estaba completamente mojada por sus lágrimas y mocos.
Avergonzada, Valeria no se atrevió a mirar a Aitor, así que cogió un pañuelo de papel y empezó a limpiarlo.
—No pasa nada, sólo hay que cambiarla —tomando suavemente la mano de Valeria, Aitor la miró a los ojos y le dijo.
A primera vista, Valeria había estado llorando bajo la emoción de ver a Aitor, y no lo había mirado de cerca.
El rostro de Aitor estaba demacrado, sus ojos no eran tan brillantes como antes, parecían un poco apagados, y había profundas ojeras; le habían aparecido algunos rastrojos verdes en la boca y la barbilla, y parecía que no había descansado bien durante mucho tiempo.
Alargando la mano y acariciando la cara de Aitor, Valeria le pidió el perdón:
—¿Por qué te has vuelto así? Siento haberte preocupado.
Escuchar las palabras de Valeria hizo que el corazón de Aitor se endureciera aún más. Comparado con lo que le había sucedido a Valeria, su cansancio no era nada, pero esta mujer tan tierna se disculpó con él.copy right hot novel pub