Modo oscuro
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¡No huyas, mi amor!

Capítulo 119: La salvación

-¡Mateo! ¿Los conoces? -

Eduardo dio un vistazo a Mateo.

-No los conozco -

La expresión de Mateo estaba complicada.

Rápidamente dejó a Eduardo y dijo con voz alta -Escóndete debajo de la cama. Sea quien sea, pase lo que pase después, no digas nada. Antes de que resuelva todos, no salgas. ¿Vale? -

Eduardo parpadeó y estaba un poco preocupado.

-¿Puedes hacerlo solo? -

-¡No te preocupes! Siempre que estés aquí, Papá puedo hacer cualquier cosa -

Mateo sonrió y le tocó la cabeza de Eduardo. En este momento, se satisfacía mucho de lo que había dicho Eduardo.

Eduardo estaba un poco embarazoso, pero no dijo nada.

Se escondió debajo de la cama.

En este momento, la puerta se abrió de repente. Jaime y Mateo se encontraron.

Jaime nunca pensó que se enfrentaría a Mateo de esa manera durante estos cinco años. Se le quedó cabeza en blanco en ese momento.

Cuando Alana vio a Mateo, estaba en pánica. Quería huir de allí con Jaime en seguida. Sin embargo, Mateo echó a decir -¿A dónde vas a esconder? Mis subordinados ya han rodeado aquí. ¿Estáis seguros de que podéis salir? -

Jaime se detuvo de repente.

En realidad, para Jaime, Mateo era su salvador. En la familia Nieto Ye, Mateo lo había tratado bastante bien en los últimos años.

Jaime se paró y se giró para mirar a Mateo -Señor Mateo -

-Pensé que habías muerto en ese incendio hace cinco años. Obviamente, no debía creer tanto en ti. Vives muy bien ahora, pero el incendio afectó a Rosaría. ¿Puedes decirme qué pasó en aquel entonces? -

Mateo estaba enojado y no era amable que ante. Jaime sabía que la confianza entre ellos ya se desaparecido por el incendio hace cinco años.

Alana empujó a Jaime y dijo -Ve primero, me voy luego -

Jaime negó con la cabeza y dijo -Incluso si nosotros dos luchamos contra él, no seamos sus oponentes. ¿Por qué te engañarías a ti mismo? Pero Señor Mateo, está herido -

-Por eso, ¿y qué? -

Preguntó Mateo sin preocuparse.

Jaime protegió a Alana detrás de él y dijo con desprecio -Así que siempre que te derrote, todavía tengo la oportunidad -

-¿Crees que te daré esta oportunidad? Estás relacionado con el incendio de cinco años antes, ahora te atreve a secuestrar a mi hijo cinco años después. Jaime, tienes mucho valor haciendo todo mal a mí. ¡No te daré la oportunidad de escapar! -

Mateo dio un paso atrás.

Jaime lo siguió, pero empujó a la Alana en el último paso.

-¡Vete! -

-¡No! ¡Jaime, estoy contigo para siempre! -

Alana le agarró la mano llorando, pero desafortunadamente, Jaime la empujó a la afuera.

-¡Vete! -

Jaime cerró directamente la puerta, aislando a Alana afuera.

Él no sabía si Alana podía huir aquí, pero siempre que ella no se vio matada por Mateo, ella todavía debería poder seguir en vivo.

Mateo no dio prisa, solo los miró.

Jaime se dio la vuelta para mirar a Mateo y dijo -Señor Mateo, ya sea hace cinco años o después, fui yo soy la causa de todos. No importa lo que diga yo ahora y yo sé que no vas a perdonarme. Solo espero que puedas dejar ir a Alana -

-¿Qué crees qué poder negociar conmigo? -

-¡No, así que haré todo lo posible para derrotarte! -

Jaime atacó rápidamente a Mateo cuando terminó de hablar.

Eduardo se preocupaba mucho por su padre debajo de la cama. Estaba tan asustado que se cubrió la boca apresuradamente e incluso cerró los ojos. Sin embargo, quería ver el golpea entre Mateo y Jaime también.

Aunque Mateo estaba herido, también tenía mucha capacidad de golpear. Él destelló de lado cuando Jaime atacó, y luego dio un gancho de la izquierda a Jaime.

Jaime también tenía un buen dominio de pelear. Al percibir el golpe de puño hacia él, bajó la cabeza apresuradamente, esquivó el golpe e hizo contraataque a él.copy right hot novel pub

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