Modo oscuro
Idioma arrow_icon

Nunca juegues con el diablo

Malos entendidos

Eda

Alaric y yo esperamos a pie de pista. No veo el avión por ninguna parte y cada minuto que pasa me voy poniendo más nerviosa.

- Eda, cálmate. Han confirmado que tu amiga va en el Jet.

Coloca su mano sobre mi hombro para tranquilizarme, y aunque debería estar eternamente agradecida por lo que ha hecho por mi, me separo de su contacto.

- Es verdad, perdona.

Mientras veníamos de camino le he explicado más o menos lo que ha ocurrido. Él también está decidido a partirle la cara en cuanto volvamos a Nueva York.

Por fin un avión aparece a lo lejos, comienza a descender poco a poco hasta que las ruedas tocan la pista. Me retuerzo los dedos intentando contenerme.

Abren la puerta del lateral y bajan unas escaleras. Corro hacia mi amiga. Por fin está aquí conmigo. Tengo que llamar a Leah y a Mely y explicarle también lo que ha ocurrido por si ese tío intenta ponerse en contacto con ellas.

Alma desciende despacio, triste y avergonzada. Llego hasta ella y la abrazo, aunque es más alta que yo, agacha su cabeza hasta que la apoya sobre mi hombro.

- Déjame verte.

La separo para comprobar que le ha hecho ese mal nacido. Tiene un ojo morado y un pequeño corte en el labio.

- No es nada, estoy bien - Agacha la cabeza para que deje de mirarle los golpes.

- Vamos al hospital. Necesitamos un parte de lesiones para la denuncia.

Niega varias veces y se aleja de mi lado. Antes de que diga nada ya se lo que está pensando; no quiere denunciar porque piensa que de ese modo el animal que la ha golpeado la dejará en paz, pues sorpresa, no es así.

- No voy a denunciar.

No quiero discutir ni que se altere, así que intento relajar un poco el ambiente.

- Vale, vamos al hospital para que me quede tranquila por lo menos, por favor - Suplico con la mirada.

-Alma - La llama Alaric - Es lo mejor, tiene que verte un médico.

Intercambia la mirada entre los dos. Yo agradezco a Alaric que me haya ayudado, aunque sea un traidor y un mentiroso.

- Vale, vale.

Nos montamos en el coche y vamos directos al hospital más cercano del hotel. Ya ha pasado la medianoche y mañana nos espera un día duro, pero las prioridades son las prioridades.

Alma espera en la sala de espera mientras yo explico en recepción lo que ha ocurrido. Por algún extraño motivo mi amiga está avergonzada. Odio verla así, sintiéndose tan poca cosa por culpa de un mal nacido.

Cuando vuelvo a la sala de espera me sorprende encontrarme con Máximo. Camino hacia él ¿Se habrá puesto peor su padre?

- Señor Brooks ¿qué hace aquí? - Miro a ambos lados pero no hay ni rastro de su padre.

Él no aparta la vista de mi amiga. Me vuelvo para comprobar que sigue sentada al lado de Alaric. No me gusta como la mira, así que me pongo delante y corto el contacto.

- A mi padre le dolía el pie y hemos decidido venir para que le hagan una radiografía ¿y usted? ¿Qué hace aquí?

¿Desde cuando le interesa a este hombre mi vida? No pienso contarle nada de lo que ha ocurrido, porque a nadie le importa.

- Mi amiga ha tenido... Un pequeño accidente.

En ese momento Alma levanta la cabeza y se puede ver claramente el ojo morado y el labio partido. Máximo me esquiva y avanza hacia ella ¿se ha vuelto loco? ¿Por qué parece que está a punto de perder los papeles?

- ¿Alma? - La llama agachándose a su lado.

Mi amiga tiene el desconcierto pintado en la cara, pero por algún motivo Máximo conoce su nombre y se preocupa por ella.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio