-Solo si te conviertes en reina- la reina Marianne se puso más seria y se sentó en una banca que estaba cerca de nosotras –debes tener cuidado de que nadie sepa que tu eres vampiro, por eso te cité aquí, algunos podrían entrar en pánico, querrán atacarte y si tienes suerte comprenderán y guardaran el secreto, solo puedes hablar del tema con los que estábamos ayer cenando contigo ¿entendido?- yo asentí.

-Tengo otra pregunta, ¿tenemos alguna debilidad además del ajo?- la reina Marianne comenzó a reírse durante mucho tiempo.

-Ay eres tan linda, el ajo no nos hace nada, solo a los Deus les molesta así como el sol; los vampiros pueden matar a otros vampiros, por la fuerza y habilidades, pero una gran debilidad que tenemos- se acerco para susurrarme al oído –son armas hechas de serendibita- yo la mire con extrañeza.

-¿Eso existe?-

-Es una piedra preciosa poco común, es parecida a la obsidiana, solo que esta es totalmente de color negro, es muy hermosa y difícil de conseguir, si te cortan con ella no sanas de la misma forma-

-¡Entonces tenemos un gran poder regenerativo como para sanar en segundos!-

-No, sacas conclusiones muy apresuradas; sanamos más rápido que otras personas, pero si te cortan un brazo no te vuelve a salir, eres un vampiro no un pulpo-

-Lo siento ¿Cómo conoció a mis padres?-

-Amigos de la infancia, de hecho cuando naciste creímos que sería buena idea si comprometíamos a mi hijo contigo, pero no iba a ser justo para ustedes-

-Hablando de su hijo, he escuchado muchas historias sobre él, ya sabe, rumores- ella solo me miró de reojo

–claro que yo no creo nada de lo que dicen, los rumores son solo eso, rumores; pero puede decirme ¿el también es vampiro?-

-Lo dejo a tu criterio, no quiero hablar de eso- yo solo bajé la cabeza asintiendo, me sentí tan apenada – ¿algo más que quieras saber respecto a los vampiros?-

-¿Cómo se cuando alguien es un vampiro?-

-Con su aroma, si es tan dulce como el de la copa es por su sangre, y al estar cerca de otro vampiro no tienes ganas de atacarlo cuando tienes hambre; ten cuidado tus colmillos y uñas al momento de transformarte son tan filosos como para desgarrar la garganta de alguien– trague saliva con mucho esfuerzo –no puedes oír o ver cosas a distancias muy grandes; otra cosa muy importante es que tus ojos son azules, tienes mayor fortaleza en el agua o cuando llueve y con suerte tendrás esa habilidad, aun no podemos explicar el porqué de esas habilidades así que no te puedo decir más-

-¿Toda su vida ha sido vampira?- tenía tanta curiosidad por lo último que dijo, sin embargo, ella no iba a poder responderme, debido a que al parecer desconocía gran parte de la información.

-Si-

-¿Nunca ha lastimado a alguien por sed de sangre?-

-Solo una vez-

-¿Por qué es tan directa en ocasiones?-

-Te había dicho que dudas respecto a los vampiros-

-Ya lo sé, pero a veces me deja con una explicación tan corta que me quedo con más dudas-

-Tú eres la que está haciendo muchas preguntas-

-De acuerdo ya entendí, no puede hablar mucho respecto a su hijo y le molesta cuando preguntan del padre, preguntas personales le es difícil dar una respuesta larga porque es personal ¿entendí bien?-

-Es correcto- la reina suspiró –y estaban preocupados de que no entendieras del todo o tuvieses una reacción inmadura; aprecio que seas comprensiva-

-Siempre quise entablar una conversación así con usted, disculpe que haya sido imprudente en algunas preguntas, es solo había tenido oportunidad de verla y estar pocos minutos cerca de usted-

-No te preocupes, supongo que habrá otra ocasión en la que podamos hablar más de esas preguntas que dejé inconclusas- yo le sonreí, me puso muy feliz lo último; lo que dijo de Evan y Jenny me dolió un poco, pues me creen más inmadura de lo que soy. Regresé al castillo para la comida, no quería acercarme a ninguna persona, me escondía al sentir a alguien cerca, mañana comenzaré a aprender a controlarme, es lo que más me preocupa, no poder controlar mi sed o mi transformación; me ha surgido otra duda ¿Por qué no puedo decirle a mi pueblo que soy un vampiro? No quiero guardarles secretos así como lo hicieron conmigo; llegué al comedor y me senté en el mismo lugar de siempre, pero a pesar de eso se sentía tan distinto, el camino de ida al invernadero y el de regreso me parecían diferente, es como si fuese la primera vez que lo hago.

Comimos un momento en silencio; ya comprendo porque no puedo decirles, ellos al igual que yo no han tenido buenas experiencias con los vampiros; no me sorprendería que después de saberlo quieran matarme.

-Lo lamento mucho, esperaba que comprendieras porque guardamos el secreto- Evan me habló, no como princesa, sino como a una hija o a una persona muy querida, como de la familia, tomé aire.

-Lo entiendo, pero no puedo evitar estar molesta, sobre

todo que no confiaran en mí- no miré a ninguno de los dos, seguía comiendo y con la cabeza agachada continué –en parte fue mi culpa que me contaran a destiempo, no con eso los libero de toda responsabilidad, tampoco estoy dando a entender que no los perdonaré nunca, no es un grave delito, pero para mí sí cuenta mucho; ya sabía que me ocultaban cosas, no soy tonta, solo no quería averiguar que era, estaba segura de que en algún momento me lo dirían-

-También estamos al tanto de que no te gustan las mentiras, por eso me vuelvo a disculpar-

-Aprecio mucho que se hayan disculpado, sé que no lo hicieron con mala intención, pero ese es el problema, no siempre lo que ustedes creen que será lo mejor para mí realmente es de ese modo, entiendo que no son perfectos, solo traten de confiar más en mí, entiendan que ya no soy tan inmadura como solía serlo y entiendo bien las cosas, ahora hay algo más que me gustaría decir, sé que no me han dicho todo y no me gustaría ser yo la que deba preguntar para saber, pero ¿hay algo más que me estén ocultando?-

-Sí, estoy embarazada-

-¡Jenny porque siempre tienes que decir las cosas más importantes como si fueran algo realmente normal!- Evan no dijo ni una palabra, estaba tan sorprendido como yo.

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