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Princesa Vampiro (Parte 1) / Princesa Vampiro (Parte 2) Con Franqueza

Flor de loto azul (PARTE 2)

Yo me quedé sentada en el trono, de una forma inadecuada, pero les demostré a las mucamas, a Evan, a Jenny y a la reina Marianne que estaba cansada.

-¡No se siente así!- Jenny me reprendió.

-¿Por qué no? ya todos se fueron-

-Una princesa no debe sentarse así-

-Reina- le corrigió Evan.

-Lo que sea, no por tener un rango mayor puede hacer lo que se le venga en gana, menos en el trono- dijo muy disgustada; yo me estiré casi recostándome en la silla y masajeando mi cabeza.

-Ya sé, solo que fue muy cansado, me hubiese gustado estar en la fiesta en el pueblo-

-No puedes dejar aquí a tus invitados y escapar de la fiesta- me dijo la reina Marianne riendo.

-¿Ya viste Evan como me hizo caso?- se quejó Jenny -¡me voy! Yo también estoy cansada, este vestido es una tortura y los zapatos no me ayudan ¡haga lo que quiera!- se fue muy apresurada.

-¡Cuidado con el bebé, no vayas muy aprisa!- Evan fue detrás de ella.

-¡No me trates como si estuviese imposibilitada para hacer todo y no le va a pasar nada!- yo solo me reí, siguieron discutiendo pero ya no lograba escuchar.

-Ahora solo quedamos tú y yo, regresaré a mi reno mañana- la reina Marianne se sentó en el piso, a lado mío.

-¿No iba a quedarse más tiempo?-

-Me temo que no, mi hijo enloquecerá si no estoy en el castillo mañana-

-¿Se preocupa demasiado por usted?-

-Sí, me cuida demasiado ¿te gustaría salir a volar un poco?- lo ultimó me lo susurró. Y sabes que podemos volar ambas sin que tú hayas aprendido- yo sonreí.

-Me encantaría, pero estoy más cansada que cuando me daba mis asesorías, me gustaría que cuando vaya a su reino siga enseñándome a volar-

-No solo te enseñare eso, aun te falta aprender muchas cosas- la reina rió.

-¿Qué día nos veremos?-

-Tú me deberás mandar una carta, no es que tenga mucho tiempo libre, lo siento-

-¿Una carta?-

-Sí, así podré comprobar ante mi consejero que debo hacer un espacio para ti, me disculparas, como ya dije tengo muy poco tiempo libre y ese tiempo lo paso con mi hijo-

-De acuerdo, aun que no me molestaría que su hijo también esté en ese momento, a menos de que no sepa que usted es un vampiro-

-Si lo sabe, dudo que él quiera acompañarnos- ella comenzó a reír –¿Evan, Jenny y tú ya se arreglaron o aun no?-

-A pesar de que nos hayamos arreglado no cambia el hecho de que me mintieron y guardaron un secreto inmenso, además, no sé si solo era eso lo que me ocultaban o hay más, no quiero ser yo quien les pregunte, o que me entere al último momento, como ahora-

–Y tienes todo el derecho, pero recuerda que ninguna situación es sencilla, cuando cuesta mucho decir algo no se puede solo soltarlo, debes tomar en consideración todo lo que te digo. Te dejo para que descanses- yo asentí con la cabeza y ella se marchó, me dirigí a mi habitación y me quité las zapatillas; quería tomar aire fresco, pero nadie podía verme salir; la razón por la cual rechacé la oferta de la reina Marianne fue porque necesitaba estar sola un momento, después de tanto ajetreo, necesito un momento para respirar; así que me escabullí por la puerta de la cocina, me dirigí a las tumbas de mis padres y ahí me transformé, estoy segura de que nadie a estas horas estará afuera, a menos de que sea un vampiro, así que no sabrán que estoy aquí en vez de mi habitación, quisiera contarles a mis padres lo que ha pasado y como me siento, pero creo que no hace falta, ya deben saberlo, además no quiero llamar la atención de los Deus, así que tratare de hacer el mínimo ruido posible.

Al ver la luna en el cielo, brillante e inmensa me hace pensar que esté día no fue tan especial como pensaba, quizá tenía expectativas más altas; mirando a las estrellas puedo notar sobras veloces que pasan sobre mí, sin darse cuenta que estoy aquí, eso me recuerda la forma en la que debemos vivir, escondernos en las noches y rogar porque no se lleven a nadie y lo asesinen; entonces una ráfaga de viento pasó detrás de mí, recorrió un escalofrió por mi cuerpo, así que volteé con mucha tranquilidad, lo que vi en el fondo me aterró; detrás de mi todo estaba oscuro, lo único que pude ver fue unos ojos de color rojo demasiado sombríos, supe de inmediato que no se trataba de un Deus por la forma de estos, al hacer contacto visual me levanté lo más rápido que pude, sin dejar de verlos comencé a correr, pude notar que me miraban fijamente, cada tanto volteaba para ver si seguían observándome y al descubrir que sí, mi corazón se aceleraba más; entonces la reina Marianne bajó de cielo, al voltear de nuevo, un par más de Deus estaban mirándome también, ella se puso frente a mí y extendió sus alas, tapándome totalmente la vista hacia ellos, después de un momento ella se des transformó, lo que me dejó un tanto pensativa; no dijo ni una sola palabra, me llevó hasta el castillo y en la entrada me pidió que regresara a mi apariencia de humana, yo regresé a mi habitación, espero que haya entendido que quería estar sola y no sabía cómo decirlo. Me quedé muy intrigada por esos ojos, sé que los he visto antes, estoy segura de que los he visto antes, pero no logro recordar dónde ni cuando, eso despierta aún más mi curiosidad; cuando pueda le preguntaré a la reina Marianne.copy right hot novel pub

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