Modo oscuro
Idioma arrow_icon

Princesa Vampiro (Parte 1) / Princesa Vampiro (Parte 2) Con Franqueza

¿Flaquear en el primer obstáculo? (PARTE 2)

Evil- dije en voz alta.

-Exactamente- dijo la reina Marianne muy confundida, al parecer no sabía que yo lo conocía.

-He escuchado de él, solo que no tenía ni idea de que era él con quien me había topado la otra noche-

-Ya que sabes de él solo me queda decir que por eso no es del todo seguro que un vampiro salga también de noche-

-¿Los Deus también atacan vampiros?-

-Si no los molestas no tienen porque hacerlo, en cambio, eres mitad humana, así que les causaras mucha confusión, y optaran por atacarte, no sabes volar así que eso te dificulta un tanto las cosas, aunque como ya dije serías más rápida en el vuelo que los Deus, Evil si podría llegar a ser más rápido que tú-

-Gracias por el dato- suspiré; ahora tengo otra cosa más en que pensar ¿Por qué no puedo estar tranquila ni un momento? Bueno mientras no salga de noche dudo que se atreva a atacar mi castillo.

-¿Alguna otra cosa?-

-El duque de la otra vez-

-No somos nada-

-Iba a preguntar de donde era y que hacía en la junta- la miré un tanto extrañada.

-Lo siento, suelen preguntar mucho sobre cuál es nuestra relación; es un duque importante, por eso entra a las juntas-

-¿Hay algún otro vampiro rey?-

-Creí que tenías problemas más importantes que tus curiosidades-

-Lo siento, me dejé llevar, respecto a mi reino, se llevan a una persona a la semana, a veces se llevan más-

-¿Los deus?-

-Sí, y me siento tan impotente, me gustaría hacer algo-

-No puedes hacer mucho, a menos de que quieras iniciar una guerra con los Deus-

-Mejor cambiemos de tema por el momento- me sentí tan incómoda y aun mas impotente, saber que si hacia algo podría empeorar las cosas; seguimos hablando sobre mi carta y eso aligeró el ambiente, nos reímos un par de veces y aclaré que fue un gran descuido haberle enviado así la carta; después pasamos a los temas de la realeza; tenía muchas ganas de contarle lo que había pasado con el rey Kevin, sin embargo, sentí que era innecesario, ya que tenía mis ideas más claras, mi cabeza estaba en orden respecto al tema de mi reino, además, las palabras de ese chico me habían ayudado, ese problema ya lo estaba resolviendo, no era algo que podía tener listo de la noche a la mañana, era algo en lo que se debía trabajar poco a poco y constantemente. Nos entretuvimos tanto en la plática que olvidamos comer y ya había anochecido; mi estomago comenzó a hacer ruido, porque tenía hambre.

-Perdona mis modales, no te invité nada para comer, vayamos a cenar, debe estar casi listo, también disculpa a mi hijo, no cenará con nosotros, está ocupado ayudándome en mis deberes- la reina Marianne se levantó y abrió la puerta, yo la seguí hasta el comedor, esta vez sostenía su vestido ligeramente, así no me perdería tan fácilmente.

-Tiene un castillo muy hermoso-

-Gracias, toma asiento-

-Gracias a usted- me senté y ella se quedó a lado mío.

-Me sentaré aquí contigo- nos sirvieron la cena y yo comí de forma frenética al principio, tenía demasiada hambre y al notarlo comencé a comer más despacio, cenamos en silencio, al terminar la reina Marianne me pidió que la acompañara a la habitación donde me quedaría, después de todo el equipaje que había llevado ya se encontraba ahí; estando adentro de la habitación me sentí tan relajada, al observar todo y tocar todo, supe que estaba tan feliz, ansiaba el momento de regresar y quedarme más tiempo, espero que no me llene de actividades el día en el que deba regresar aquí, así podría quedarme bastante tiempo, debo reconocer que el castillo de la reina Marianne era bastante acogedor. Recapitulando todo lo que hablamos la reina y yo me di cuenta de que hay algunos temas en los que se exalta un poco, debo tener cuidado al preguntar; mientras tanto, me quité las zapatillas y el vestido, tenia debajo un pantalón, me puse un suéter, me quité la corona y comencé a despeinarme, cuando voltee hacia la ventana vi que las cortinas estaban abiertas; me acerqué para cerrarlas, entonces vi que los Deus se llevaban a alguien, sentí una gran impotencia, esa persona se veía tan desesperada, yo no podía dejar de verla, ya me habían dicho antes que si presenciaba algo así, me hiciera de la vista gorda, pero no puedo ignorar algo como eso; abrí la ventana y me transformé y corrí lo más rápido que pude, brincando desde el tercer piso, en ese momento ni siquiera pensé detenidamente en los detalles y traté de hacer todo de forma sigilosa, no sabía volar, así que lo primero que encontré se los lancé; gritaba y agitaba las manos, intentando que dejaran caer a la persona y yo pudiese atraparla; con una piedra logre mi cometido, brinqué y atrapé a la persona, quería preguntar si estaba bien, pero parecía estar inconsciente, entonces dos Deus me atraparon, no vi si ese hombre se lo llevaron de nuevo, traté de zafarme, hasta que vi la altura, estábamos demasiado alto, me asusté demasiado, yo debía escoger, si morir a causa de un Deus o de una gran caída, no sabía qué hacer, supuse que los árboles podrían amortiguar la caída y comencé a rasguñar a uno de los Deus, uno de ellos me rasgó un par de plumas de las alas; ellos me soltaban y me volvían a agarrar, hasta que alguien derribó a uno de los Deus, el otro me soltó y caí, grité lo más que pude, esa caída se sintió muy larga, inclusive me dio tiempo de buscar el castillo, no lo veía por ningún lado. El vampiro que atacó antes a los Deus me atrapó justo antes de caer al piso, amortiguó mi caída, los dos estábamos tendidos en el piso, me tenía totalmente rodeada, con su brazos y sus alas; después abrió sus alas, a la luz de la luna pude ver lo hermosas y suaves que eran, eran blancas pero tenían destellos negros que dependiendo de cómo se moviera unos se volvían amarillos y otros rojos, quedé tan maravillada, era como una piedra obsidiana, que podía verse de dos colores ¿Quién había sido esa persona que me rescató? En definitiva no eran las alas de la reina Marianne.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio