-Perdón, realmente no me di cuenta-
-Creo que deberíamos volver- se levantó y tomó la canasta poniendo los platos adentro.
-Te ayudo- recogimos los platos y nos fuimos, a los días posteriores no hablamos de lo que pasó, pero nos la pasamos bien, me enseñaron a jugar ajedrez el duque y Aker, fueron muy lindos, el ambiente no estaba tan tenso en esos momentos; cada día con Aker era tan especial, hacíamos cosas nuevas, aprendíamos el uno del otro; Aker si entendía a mi gatita, no podía comprender por qué a mí me costaba tanto, en el jardín me explicó más a detalle.
-Margaret fue mi primer amiga, la conozco desde que tenía cuatro o cinco años, y durante un tiempo solo hablaba con los gatos -rió- eso le parecía extraño a todos, incluso a mi mamá que es vampiro y sabe que tenemos cierta comunicación con los felinos, así que me fueron presentando a más niños a lo largo de mi vida hasta que a los 7 conocí a Felipe, y no he vuelto a hablar con gatos cerca de nadie, bueno hasta ahora-
-Bueno mi perro es mi mejor amigo, no creo que sea muy raro su caso- Einar le contestó.
-Einar deja de escuchar nuestras conversaciones- dije riendo, Aker se sonrojó.
-Perdón pero sabe que no puedo evitarlo-
-Así que el ser curioso es propio de la gente de su reino- Einar y yo nos reímos.
-Ya que nos contaste algo tan personal y lindo, yo te contaré la primera rabieta que hice a los 13 años, según Jenny nunca antes había hecho alguna, me portaba bien y no era demasiado consentida-
-No me canso de escuchar esa historia- sonrió Einar.
-¿No estuviste ahí?- pregunto Aker.
-No, aún no era su guardia personal-
-Pues continuo; desde que mis padres fallecieron ya sabía que debía ser la reina al cumplir los 18 o casarme joven con alguien a quien no quisiera, pero no era mucho problema de niña; cuando crecí y cumplí los 13 años llegué a cansarme de esa idea, estaba frustrada, un tanto deprimida, en ocasiones mi estado de ánimo era aleatorio- Einar comenzó a reírse -entonces me desesperé y salí corriendo hacia el jardín, corrí a las tumbas de mis padres y comencé a llorar por mucho tiempo -Einar comenzó a reír más fuerte y trató de taparse la boca- me subí como pude a un árbol, no quería que me encontrarán fácilmente, mi vestido era llamativo y el árbol no tenía muchas hojas, pero en ese momento no me detuve a pensarlo con detenimiento, así que me encontraron muy rápido; no accedía a bajar, y era porque me atoré, mi enojo ya se me había bajado -Aker intentó aguantarse la risa-
-Aguarda, esa no es la mejor parte- le dijo Einar.
-Intenté zafarme cuando no se daban cuenta, entonces casi me caigo, me salvó el que siguiera atorada de mi pie en la rama, ese día no llevaba shorts, estaba aterrada, me causaba un poco de conflicto las alturas y para colmo el vestido se caía seguido, se me veía la ropa interior- me tapé la cara con vergüenza, Aker se volteaba para que no viera cómo se reía, Einar se tocaba el estómago a falta de aire por la risa.
El penúltimo día que estuvimos en el castillo, después de la cena escuché a la reina Marianne y a Aker discutir.
-Por favor no me pidas que actúe normal cuando está él, no es como si me gustará que conviviera con ella-
-¿Y por qué no? Dale una oportunidad-
-Mamá te amo y sé que te haria muy feliz, pero por más que lo intenté no puedo, además no la quiero meter en nuestros problemas personales-
-¡Helios! Por favor- salió de la habitación de la reina y se fue a la suya, yo estaba por ir con la reina, pero al parecer iré a ver si Aker se encuentra bien; toqué y me dejó pasar, hablamos un poco de cómo se sentía, estaba molesto, entiendo porque se sentía así, pues ver a otro hombre con su mamá no debe ser sencillo, o quizá sea su padre y porque no estuvo con él está disgustado.
-Espero que todo mejore- estaba recostado en mis piernas y yo acariciándole el pelo, me recordaba a cuando Jenny y yo platicabamos a solas en mi habitación.
-Gracias, no sabes lo difícil que es esto para mí- se enderezó y vi como se limpiaba las lágrimas, yo acaricié su mejilla y le besé la frente, me levanté, él me tomó de la mano -espera- voltee a verlo -sé que sonará muy infantil, pero me ablandas demasiado y a veces sabes que me comporto como un niño ¿Podrías quedarte hasta que me duerma?- pensé un poco.
-Solo un momento- me senté y él se acurrucó en la cama, comencé a acariciarle el pelo hasta que se quedó dormido, me recosté un momento y sin darme cuenta me quedé dormida.
-Eir- escuché entre sueños -Iliana- sentí un beso en la mejilla, abrí los ojos y era el príncipe Aker, aún era de noche, parecía que debía irme, me enderece de nuevo me deteniendome, comenzamos a hablar de cosas más personales, algunos miedos que tenía, el día de mi coronación y entre la plática comenzamos a besarnos, me recordó a la vez que estaba herido, al recordar ese momento comencé a besarlo apasionadamente hasta que nos tumbamos a la cama, poco a poco el ambiente comenzó a calentarse, no podía detenerme ni el tampoco, sus suaves manos recorriendo mis piernas no dejaban que me detuviera, en un abrir y cerrar de ojos ninguno de los dos tenía ropa, fue ahí cuando el príncipe Aker, de quién estaba enamorada me quitó la inocencia, como lo dirían algunos; sé que él tenía más experiencia en ese sentido, pero no por eso dejamos de disfrutar el momento, cuando acabamos, nos acostamos abrazados, no podía creerlo, si alguien se enteraba...no quería pensar en eso ahora.
A la mañana siguiente nos despertó la reina Marianne tocando la puerta, ambos nos enderezamos exaltados.
-Aker quiero hablar contigo-
-Mamá no es momento-
-Es que no debemos de estar peleados, quiero disculparme, voy a entrar-copy right hot novel pub