Días después Aker y yo nos veíamos más seguido ahora que estábamos comprometidos, pasábamos demasiado tiempo juntos, eso sí, seguía entrenando con Einar, hablando con Jenny en ocasiones; por las noches le contaba a Darek una historia diferente o cuando eran muy largas se dividía en tres días. Con respecto al abuelo Filip todas las mañanas después de desayunar hablábamos un poco, él era quien estaba más feliz respecto a mi matrimonio. Todo iba bien, Aker y yo pasamos parte de su cumpleaños juntos. Ya que las juntas del consejo eran cada mes por el seguimiento de la posible guerra teníamos otro pretexto para vernos; el rey Kevin parecía tenerme cierto desprecio, me veía con odio, como si estuviese planeando algo en mi contra. Ver a la reina Aatrox me revolvía el estómago, éramos las únicas mujeres en las juntas y parecía tener más autoridad ella que yo, siempre interrumpía y hacía valer su opinión a toda cosa, en ocasiones no me dejaba terminar de hablar; los reyes notaban la tensión que había entre nosotras y eso parecía divertirle al rey Kevin, aunque a mí me parecía demasiado infantil que se pusiera a discutir conmigo como si fuesemos unas niñas que intentan a toda costa tener la razón y aceptación de sus padres. En una ocasión yo sugerí atacar a los Deus y a Evil, solo que nadie apoyó mi idea, hasta Aker creyó que era un tanto imprudente; entiendo que no fue el mejor momento para sugerirlo pero en alguna ocasión debíamos enfrentarlos. Pensando en todo lo que había pasado mientras íbamos a otra junta, olvidé por completo la fecha en la que estábamos.
-Majestad ya llegamos- Einar se bajó y me ayudó a salir del carruaje. Cuando entré al salón la reina Marianne estaba ahí por alguna extraña razón, su presencia más que alegrarme me preocupaba. Al inicio puse suma atención en todo lo que se dijo, después la reina Marianne se levantó.
-Bueno, muchos se preguntarán qué hago aquí y es momento de responderles. Tengo un aviso para ustedes, sí por primera vez es un aviso y no una petición o el pedirles la opinión de algo-
-Su majestad Marianne y yo pensamos casarnos pronto- el duque Suamer dijo sin levantarse, todos quedamos impactados ante la noticia, ni yo que era muy cercana a ella lo sabía; miré a Aker y parecía estar disgustado y feliz al mismo tiempo, me parece que estaba molesto por la boda pero alegre por la felicidad de la reina. Nadie dijo nada, seguían perplejos por la noticia -estamos conscientes de que no soy un rey o un príncipe, pero no pueden negar este matrimonio, ya no es la regente de su reino así que este no afecta en nada ni a su reino, ni al de ustedes- nadie dijo ni una palabra, todos se quedaron callados, sé que la mayoría estaba en total desacuerdo, solo me pondría una soga al cuello si yo decía algo en se momento, como el felicitarlos.
-Creo que deberíamos dar por terminada la reunión de hoy- dijo el rey Kevin levantándose y saliendo de la habitación, se veía un tanto indignado por la decisión y que no haya consultado a nadie el consejo, muchos salieron y otros tantos se quedaron en sus asientos, parecían no tener nada que decir al respecto; yo me acerqué a la reina Marianne.
-Felicidades ¿Por qué no sabía nada respecto a esto?- le dije.
-No queríamos que el compromiso tuyo y de Aker se viera opacado con esto- dijo el duque.copy right hot novel pub