Cuando Gabriela salió de la cocina, tenía en la mano la medicina ya preparada.
—Señora Olivia, está aquí la medicina.
Olivia acababa de bañarse, estaba sentada en el sofá con una bata blanca y su cabello negro mojado estaban cubriendo ambos lados de su cara.
Ella echó una mirada a la medicina y dijo descontenta:
—Déjalo ahí.
—Señora Olivia, el señor Alonso ordenó que se lo tomara de inmediato. Lo hace de buena intención para que tengáis hijos pronto... —dijo Gabriela, sintiéndose algo culpable.
Por otra parte, el señor Alonso la había llamado especialmente para preguntar si había vuelto el señor Lucas.
—Vale —Olivia se levantó y tomó la medicina.
Realmente, si no fuera por Alonso, la familia Pomar habría caído cuando ocurrió el accidente de su padre. Así que no le importaba a Olivia tomar eso para beneficiar el embarazo si eso alegraba a Alonso.
Después de ver esto, Gabriela se dirigió al teléfono y llamó a la Villa Monte:
—Señor Alonso, la señora Olivia ya se ha tomado la medicina, pero el señor Lucas todavía no ha vuelto...
***
Fuera de la Villa Montenegro, sonó un ruido tremendo de frenado. En seguida, se vio a Lucas bajar del coche enfadado y cerró fuertemente la puerta de golpe.
Cuando entró a casa, Lucas estaba tan furioso que quería matar a alguien y gritó con una cara sombría:
—¡¿Dónde está Olivia?! Si estaba bien en la cena, ¿cómo es que ha caído enferma en tan poco tiempo?
—Señor Lucas, la señora Olivia está arriba...
Gabriela se estremeció y señaló el dormitorio principal del segundo piso.
Lucas resopló con frialdad y subió al segundo piso a grandes pasos. En verdad, él estaba enfadado porque Alonso le obligó volver de repente, ¡a pesar de que él no era médico y no serviría nada su regreso para curar a Olivia!
Cuando Lucas estaba en la puerta de la habitación, oyó gemidos de la mujer y abrió la puerta del susto.
Pero, la habitación estaba a oscuras y encontró a la mujer que estaba debajo de la colcha. El rostro de Olivia estaba enrojecido y lo miraba de forma encantadora haciendole señas con la mano.
Lucas se acercó inconscientemente a la cama tras cerrar la puerta.
—Olivia, ¿qué diablos estás haciendo...?
Antes de que terminara de hablar, la mujer se levantó de repente y abrazó firmemente su cintura.
—Tengo bastante calor... Ayúdame...
Olivia lo miraba con unos ojos lamentables, su cabello oscuro estaba suelto en sus hombros y a través de la bata medio abierta se exponía su piel blanca.
En este momento, ella parecía una hada atractiva.
—¿Me estás seduciendo? —preguntó Lucas.
Lucas la miró fijamente mientras acariciaba con su palma el suave cabello de Olivia. Mientras que, Olivia estaba totalmente confundida, no era capaz de decir nada, pero sus manos iban toqueteando el cuerpo de Lucas.copy right hot novel pub