Para Vanessa, los minutos que continuaron se hicieron eternos, esperar a que Nael, apareciera en cualquier momento era agonizante y por si fuese poco con aquello, también tenía que soportar las extrañas miradas que la familia le dedicaba, miradas llenas de interrogación, de perspicacia de parte de Zahiry, de apoyo de parte de Isabdiella y de burla, de parte del tío Zahir. Sentía que explotaría de un momento a otro.
-¿Puedo sentarme junto a ti, cariño?- la dulce voz de la Reina, reclamó su atención.
-Por supuesto, tía- le sonrió con dulzura. Isabella, tomó asiento a su lado. Observó como la familia conversaba entre ellos.
-Pareces nerviosa...
-No, yo...
-¿Es por la conversación con mi hijo?- demandó saber.
-No... supongo que querrá conversar... no sé tía, no sé de qué quiere hablar si eso es lo que me vas a preguntar- mantuvo la vista en aquellos dulces ojos verdes, llenos de ternura y comprensión. No el balde todo el pueblo la amaba, era una Reina amorosa, considerada, dulce y benevolente.
-No lo sé con exactitud- respondió Isabella- pero Nael, es mi hijo, lo conozco mejor que nadie- Vanessa, luchaba con la vergüenza que sentía. ¿de qué hablaba la tía Isabella?, ¿Nael, le habría dicho algo?
-Tía, yo...
-Disculpen la tardanza- Nael, llegó con un hermoso traje típico Norusakistan, era blanco y con bordes azules y dorados, las hebras de oro del bordado resaltaban espléndidamente la majestuosidad de la pieza. Vanessa, tuvo que contraer la mandíbula para evitar gemir. Se veía maravilloso.
-¿Vas de fiesta?- le preguntó Zahiry, con burla.
-No molestes- respondió él, apenas mirándola.
-¿Cenaste?- le preguntó su madre.
-Sí, muchas gracias.
-A su hermana Alteza, fue ella quien tuvo el gesto.
-Muchas gracias entonces, Isabdiella.
-Por ti, lo que sea, Jamal- le respondió sonriendo.
-Vanessa- le tendió una mano, ella la tomó y se puso en pie- solo serán unos minutos, espero no les moleste- se giró hacia Suseth quien sonreía, pero Matt, tenía el ceño fruncido.
-Para nada Nael- respondió la madre- adelante.
-Solo cuida a mi nena- dijo Matt, sin relajar el ceño. Nael, asintió y miró a su padre, quién lo observaba fijamente y en silencio, luego se topo con la mirada de su tío, quién le sonrió y le guiñó un ojo, pero Nael ni se inmuto, se mantuvo muy sereno. Un par de segundos después, salia del salón dorado, en compañía de Vanessa.
Caminaron por los estrechos pasillos de Palacio, el silencio era incómodo pues Vanessa, no sabía qué pensar. ¿Estaba arrepentido del beso?, ¿Le pediría disculpas?... si era así, no quería escucharlo.
-¿A dónde vamos?- le preguntó ya sin poder soportarlo.
-Al jardín posterior- le sonrió y la tomó de la mano estrechándosela con cariño- no estés nerviosa.
Ella solo asintió, Nael no le soltó la mano sino que siguió caminando. Vanessa, pudo sentir como su cuerpo se relajaba con el contacto.
Los jardines de Palacio, eran majestuosos, completamente esplendidos y un capricho de la Reina quien aseguraba que era hermoso tener tan bello jardín en un lugar como Norusakistan. Caminaron en silencio bajo el dulce resplandor de la luna. Nael, se detuvo junto al rosal y se quedó observando aquellas hermosas plantas.
-Vanessa...
-Nael, si vas a disculparte- lo interrumpió- por favor, no lo hagas- lo miró con desesperación.
-No pensaba disculparme- le regaló una tierna sonrisa y acarició su mejilla- jamás me disculparía por ese beso, ni por ningún otros, siempre y cuando sea contigo- ella sintió que se le formaba un nudo en la garganta.
-¡Nael!- sus ojos se cristalizaron.
-Vanessa, siempre me he dicho que somos primos, que nada podría suceder entre nosotros, que la familia nunca lo aceptaría..
-Es lo mismo que he pensado yo.copy right hot novel pub