-Es un placer para nosotros estar aquí, Majestad- dijo Antoine- le agradecemos la bienvenida. Mi esposa; Odette Charpentier de LeBlanc.

-Gracias por recibirnos, Excelencia.

-Es un placer para nosotros- respondió Zabdiel.

-Y ella- la tomó de la mano- es mi hija, Haleine LeBlanc Charpentier.

-Que gusto poder ser recibidos en Palacio. Norusakistan es sin duda una tierra hermosa- dijo mirando a Nael- tiene un gran encanto.

-Es un placer que se sientan a gusto en nuestro país- intervino Nael, correspondiendo a su mirada. Era una mujer hermosa y muy consciente de su atractivo femenino.

-Estos caballeros son Thierry y Didier, son mis hombres de confianza.

-Bienvenidos- respondió Zahir amablemente a lo que los dos hombres hicieron un leve gesto con la cabeza.

-Lamento la demora- Isabella, apareció con una enorme sonrisa- bienvenidos a Palacio, que Alá bendiga su estadía en nuestras tierras- les sonrió. Procedieron las presentaciones.

-Es usted una mujer muy hermosa, Majestad- le dijo Haleine.

-Muchas gracias señorita, usted sin duda alguna posee una gran belleza.

-Gracias- respondió la joven- sería un gusto si pudiera llamarme Haleine.

-Cómo lo desees, Haleine. Ahora, permitanme que les indique sus respectivas habitaciones, deben estar agotados del viaje, podrán descansar hasta la hora de la cena.

Zahiry salía del salón azul, donde leía un poco, estaba sumamente aburrida, Yassir, no había dado señales de vida, según había dicho, su padre, el Emir necesitaría de su ayuda para solventar inconvenientes en el Emirato, lo cual le impediría verle por unos días. Que aburrido era todo allá en Palacio. Sin nada nuevo.

-Ya han llegado los Franceses- dijo alegremente Isabdiella, que llegaba al salón- que alegría tener invitados.

-Sin lugar a dudas es muy bueno algo de compañía, Palacio comienza a volverse de lo más aburrido. Vayamos a verlos.

-Sabes bien que no es permitido- le dijo Isabdiella- los conoceremos durante la cena. Son las normas.

-¿Desde cuándo me importan las normas?- preguntó con una enorme sonrisa.

-A mi sí- Isabdiella se cruzó de brazos- soy una Princesa, me comporto según las reglas.

-No seas aburrida- se levantó y la tomó del brazo- vamos a verles.

-No iré a ningún lado Zahiry, por una vez en tu vida, comportate.

-Por una vez en tu vida, atrévete- tiró con fuerza de su brazo, arrastrándola con ella. Salieron del salón con Zahiry, casi literalmente arrastrando a Isabdiella con ella. Después de caminar algunos minutos por los pasillos no habían visto a nadie nuevo Hasta que se cruzaron de frente con Haimir, quien venía acompañado de dos hombres. El primero, era un hombre mayor, robusto, con un semblante bastante serio, ojos oscuros y una fuerte mirada. El segundo era joven, alto, sumamente atractivo y masculino...¿Serían familiares del Presidente Francés?

-Buenas tardes, Haimir- saludó Zahiry.

-Buenas tardes, Altezas.

-¿Quiénes son los caballeros?- preguntó la rubia e Isabdiella creyó morir de vergüenza.

-Son acompañantes del gobernante Francés.

-Oh, que gusto recibirles en Norusakistan, sean bienvenidos y que Alá bendiga su estadía.

-Muchas gracias- respondieron ambos hombres al unísono.

-Mi nombre es Zahiry, y ella es mi prima Isabdiella- la aludida sonrió en saludo- somos las Princesas.copy right hot novel pub