Tuvieron que cambiarse de nave dos veces para despistar a la gran cantidad de guardias en las calles y aun así su recorrido resulto terriblemente lento, pero al fin estaban en un lugar que podrían llamar a salvo. Encima de una terraza a los límite de la ciudad.
Se deshizo de las ropas prestadas que tomó de uno de los guardias, todos los hicieron menos ella, que se había quedado sentada en la orilla del edificio viendo como la torre a lo lejos seguía en caos, sin creer todavía todo lo que dejó atrás. No podía leer su mente, o sus sentimientos como Nick lo hacía, pero sabía lo que pensaba y sentía de todas maneras; Ya no habría vuelta atrás.
- Lykar, ¿ahora dónde? – le preguntó Ferz reclamando su atención, levantó la miraba hacia la nave que se aproximaba y aterrizaba a unos cuantos metros de ellos enviándole una oleada de polvo en su dirección, un minuto después la compuerta se abrió revelando una figura envuelta en un traje marrón con un maletín acercarse a ellos.
Le ahorró distancia y los tres se acercaron a Arnold quien le dio una miraba evaluadora antes de sonreírle en conjunto.
- Felicitaciones, acaban de arruinar uno de los edificios más hermosos de la ciudad y hacer que el presupuesto a Nueva York aumentara, pero ha valido la pena. He esperado mucho tiempo porque algo así pase. – dijo entregándole el maletín con unos ojos chispeantes de emoción antes de girarse brevemente a la nave.
- Todo tu equipo se ha marchado hace unas horas a los lugares que has designado, sin registro. En cambio la señorita Mells, ha decidido aguardar a partir con ustedes. La nave los llevará donde quieras.
- Gracias por la colaboración. – dijo entregándole el maletín a Nick quien lo puso en el piso para abrir y sacar de su contenido una caja envuelta en papel rosado antes de marcharse a donde se encontraba Maia.
- Ferz, ¿puedes ir con Mells y asegurarle que todos estamos bien? - Le pidió para tener un poco de privacidad.
Este asintió y dejó a ambos hombres hablar en privado. En realidad no tenía mucho que darle, ya todo lo que tenía que entregarle se lo había dado pero había una última cosa que no dejaba de molestarlo.
- Has ganado una gran cantidad de poder con todo esto, solo espero que no se te pase de la mano, Arnold. Recuerda, eres mejor que ellos, que las cosas que te obligaron a hacer. – le dijo con sinceridad antes de dejarlo ir. Sabiendo que tan rápido la avaricia podía destruir a un hombre.
***
No parecía importarle nada a Maia, solo se había quedado viendo hacia el norte de la ciudad donde había fallado, como si allí hubiera quedado su última lucha. Se arrodilló a su lado pero aun así no hizo acopio de girarse a hablarle o verlo.
Esperaba que intentara matarlo, hacerle pagar por haberle fallado pero, no había nada dentro de ella. Podía sentirlo.
- Ya todo ha terminado, Maia.copy right hot novel pub