- Espero que aun puedas escucharme bien. Todavía tienes mucho que contestar y poco tiempo. Después de todo si he aprendido algo de ti, he aprendido tus horarios, lo que es importante para ti y como funciona tu seguridad. Después de todo yo la inventé. No ha cambiado mucho desde que me fui.
Intento huir, correr a trompicones hacia su escritorio y lo dejé que avanzara unos centímetros antes de dispararle en la pierna derecha. Aun así no se detuvo y siguió arrastrarse hasta llegar a él pero ya estaba a su lado.
- dijiste que tú nunca te arrastrabas, que nunca rogabas. Dijiste muchas mentiras en ese entonces, quiero ver ahora lo que es cierto.
Lo tomé del cuello de su camisa y lo arrastré como pude mientras forcejeaba para defenderse hasta el otro lado del escritorio donde tomé lo que intentaba de conseguir: Un pequeño dispositivo circular de unos 5 centímetros con el que controlaba a Vidra y a su grupo de seguridad.
Lo guardé en mi bolsillo observándolo desde abajo, dejando ver toda la pena que sentía por él.
- aunque me mates no lograras salir con ella de aquí. Si antes no la matan los guardias, el seguro extra que Jack le implantó lo hará. - le aseguró todavía debatiéndose para que lo soltara.
Chasqueé la lengua sin preocupación y le disparé en la pierna haciéndole gritar de dolor.
- El dolor y las amenazas ya no funcionan conmigo, se han asegurado de eso. Pero en cambio, tú no sabes lo que es dolor.
- Gris, por favor. - dijo tratando de retroceder pero lo apunté al pecho haciendo que cediera.
- Dalilah Cortiers. ¿Qué le hiciste?
Me mantuvo la miraba orgulloso antes de que volviera a disparar a su pierna.
- te arrepentirás de esto, no pienso caer en tu juego. Hazlo. Mátame. - ofreció palpándose la sangre en su rodilla izquierda.
Me incliné hacia él mirándolo directamente a los ojos.
- Henry, sabes que lo peor que puedo hacerte no es matarte. Tengo un uso mejor para ti, volverás con Jack y con un mensaje pero antes... Me responderás que has hecho con Dalilah Cortiers y las muchachas de los expedientes 231. Y hazlo rápido antes de que se me agote la paciencia.
Guardó silencio todo lo que pudo manteniéndome la miraba orgulloso pero podía ver cuánto del miedo se filtraba en sus ojos y lo pálido que estaba, pero también podría deberse a la pérdida de sangre. Aunque quisiera hacer tiempo hasta que llegaran los refuerzos, moriría desangrado para entonces.
- me lo debes. - le aseguré, apuntándole de nuevo a la pierna, pero antes de que jalara del gatillo habló:
- no, espera. -pidió con la voz acelerada. - soy un hombre y tengo necesidades, ¿está bien? pero no soy un monstruo que busque forzar nada, esas muchachas sabían en lo que se metían. Ellas querían ser... Puras, perfectas. Yo se los facilitaba a cambio de placer. Todo en esta vida tiene un precio.
- ¿Pero hiciste más que eso con ellas o no?
Se rio sin alegría sujetándose ambas piernas.
- esa debe de ser una lección de tu madre, que el sexo es sucio e inmoral. Solo es una necesi...
Le disparé en la otra pierna interrumpiendo su lección.
- lo siento, pero creo que te desvías un poco. Dalilah Cortiers. Quiero que me digas que paso con ella.
- No creo que tengas mucho tiempo para escuchar esa historia es una larga
- Resúmelo.
- ella no... Buscaba nada, pero podía ofrecer mucho. Trabajo para una de mis unidades, le dimos la oportunidad de ascender y hacerle un regalo a la humanidad pero se negó. Sabes que lo que más odia tu madre es que las personas le nieguen algo. Me la entregó para que la sometiera pe-ro yo no... No imaginé que pudiera pasar lo que pasó.
Guardó silencio dejando caer sus hombros y mirando hacia un punto muerto en el piso.
- ¿que? - presioné el arma sobre su sien, sin tiempo que perder.
- un bebé. Un bebé Lighters tan puro y poderoso que no lo creerías. Jack sabía que ustedes no serían eternas, por eso necesitaba un seguro. Algo que no fuera corrompido por la ciencia como ustedes. El trabajo no se detendrá con Silvanas, ni con El Dorado. Se, sabemos, que podemos mejorarlo y tenerlo de vuelta de toda esa contaminación y caos…Y ellos nos lo aseguraran.
- están... ¿están haciéndole lo mismo que a mí? - Sentía una inmensas ganas de llorar y derrumbarme allí mismo pero no podía hacerlo.
- no, ellos, están a salvo, creciendo bien, sin dolor. oh Gris, en serio no crearías eso ¿verdad? que eras única e irremplazable. No te perseguíamos por eso, mi amor. - levantó una mano ensangrentada hasta mi lentamente como si sintiera pena pero no me dejé someter.copy right hot novel pub