Modo oscuro
Idioma arrow_icon

Tormenta de antaño

Capítulo 20: Felizmente expulsada.

El decano, de hecho, parecía haber estado investigando a fondo sobre mí, lo cual no podía ser bueno.

Mis compañeros de clase me advirtieron, los profesores también intentaron ponerme al tanto, además de decirme que podría estar en riesgo de ser suspendida debido al trato de preferencia que recibía al cambiar cada una de mis ausencias por un examen con tal de marcarme presente en cada clase, como si realmente estuviera allí.

Algunos me dieron un discurso similar, algo sobre que esto no era un servicio de tutoría en el que yo podría ir y venir a mi antojo. Además de acusarme de estarlos metiendo en un embrollo que arruinaría sus carreras.

Bastante dramáticos.

Fue fácil encarrilar a las profesoras, con solo decirles que les recompensaría la molestia con algún capricho de diseñador olvidaron lo que tenían para decirme. Con los profesores no era tan fácil, excepto por uno de ellos, el cual era un gay reprimido amante de la moda.

No obstante, justo allí me di cuenta de que Ángeles y Evie tenían razón en una cosa; yo realmente parecía coquetear de manera inconsciente con los hombres y manipularlos para obtener ventajas.

¡Gracias, mamá!

De todo lo que podrías haberme dado, ¿por qué tenías que heredarme tu manipulación como una función incorporada que yo no podía manejar?

No me daba cuenta de ello por lo general hasta que mis profesores sonreían y me despachaban diciendo que recibirían una bala por mí.

Maldita perra manipuladora.

¡Sal de mí!

Tras mi última clase, luego de hacer justamente eso, salí al pasillo y maldije entre dientes mi propia integridad al notar que lo había hecho de nuevo.

Gruñí y me jalé ligeramente los mechones del frente.

Esta bestia que hay en mí debía ser exterminada.

Cuando me volteé, me encontré de frente con el decano, ceñudo y de brazos cruzados.

No respingué ni reaccioné.

Oh, Dios, llegó la hora de descubrir que tan malo será esto.

―A mi oficina, señorita ―gruñó.

Me dio la espalda y empezó a avanzar; yo le seguí en silencio.

Al entrar en la oficina señaló en asiento del frente de su escritorio. Mi trasero cayó allí automáticamente.

Él no tomó asiento, solo empezó a moverse por el lugar sin decir nada.

Yo no lo presioné. Se quitó los lentes y golpeó las patillas en su dedo pulgar antes de tirarlos en el escritorio y mirarme.

―Menos de dos meses de clases, ha faltado la mitad, pero no se registró ni una sola vez su ausencia. ―Se paró junto a la ventana y miró hacia afuera―. Llegaron rumores sobre una estudiante con una mascota en la residencia de mujeres, usted. La administradora fue a buscarle incontables veces a su dormitorio, también a sus clases, pero no le encontró en ninguna de esas ocasiones. Sabía quién era usted debido a los conflictos que ha tenido con la Srta. Weston. Sin embargo, desconocía su procedencia.

― ¿Eh? ―expresé, confundida.

¿Por qué era esto realmente? ¿Por el gato? ¿Las ausencias? ¿Los vídeos? ¿Mi apellido?

―Indagué, sobre sus ausencias, y luego necesité un por qué, esa respuesta me llevó a otros por qué, lo que resulta en este momento. ―Cruzó sus brazos de nuevo.

Podía leerle la mente, leer su aura, entender sus intenciones. Pero justo en aquel momento, me hallaba bloqueada, cegada, no veía nada.

Tomó un papel de sobre su escritorio.

―Akáne Hënë Lissen. Hija de la súper modelo más exitosa y poderosa de Alemania y tercer empresario mas fuerte e influyente de la nación.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio