La mañana posterior al desfile de Ángeles fue algo así como el renacimiento de la llorona versión negra.
No le sentaba bien trasnochar tanto, ni mucho menos cuando iba acompañado por alcohol. Tuve la oportunidad perfecta para burlarme de ella desde que se levantó hasta que tomó su ducha.
Lo que no cambió demasiado mi perspectiva sobre lo fatal que lucía aquel jueves por la mañana.
Ni burlarme de Josh cuando mojó su cama por última vez me había sido tan divertido. Ángeles estaba tan dormida que apenas y registraba lo mucho que yo lo disfrutaba.
Cuando realmente entendía que yo estaba intentando fastidiarla más de lo que ya estaba, ella solo gruñía y se quejaba casi como un perrito cuando duerme y tiene pesadillas. Prácticamente tuve que tomar su mano y llevarla apoyada en mí cuando bajábamos por nuestro desayuno.
Edrei nos esperaba frente al edificio y no paró de fastidiar a Ángeles mucho más que yo durante el pequeño trecho del edificio hacia el bar de Jinx. El bar estaba bastante vacío cuando llegamos, ya que era temprano, demasiado temprano. No hacía ni cinco minutos que eran las seis de la madrugada.
tomamos nuestra mesa preferida y esperamos a ser atendidos.
Yo miraba divertida como Edrei picaba la nariz de la prácticamente dormida Ángeles con una servilleta, esta solo movía su nariz, pasaba su mano por la punta y se quejaba.
Jinx no tardó mucho en atender al único cliente allí para ir hacia nosotros. Llegó hasta mi lado y besó mi sien con cariño, provocándome pudor y haciendo que mis dedos cosquillearan por el contacto de sus labios con mi piel.
Edrei frunció el ceño por el gesto de cariño de Jinx hacia mi, haciéndose obvio que no le gustaba, en lo absoluto.
―Buenos días, hermosa señorita ―me dijo y Edrei carraspeó molesto, Jinx miró a los hermanos, en especial a Ángeles―. ¿Mala mañana? ―le preguntó.
―Estoy mas feliz que nunca. ―Sonrió Ángeles, somnolienta, pero en realidad, más feliz que nunca―. Valió la pena, totalmente. ―Y bostezó, yo me reí, ella no había parado de repetir, ni durmiendo, lo feliz que estaba por haber ido conmigo al desfile.
Enserio, en las tres horas para dormir que alcanzó a descansar no paró de balbucearlo. Era obvio que soñaba con ello aun. Y pues, yo había logrado mi propósito de ser la amiga mas genial del mundo.
―No entiendo que pasó con la chica fiestera que me encontré el primer día. ¡Hënë, tenemos que salir! ¡Quiero nachos! Hënë, simplemente debes vivir más la vida. ¡Nachos! Hënë, no quiero cosas a domicilio, quiero salir a un bar, quiero nachos, ya.copy right hot novel pub