...Narra Jack...
Que adorable, su primer chantaje, no estuvo nada mal, siendo sinceros, no creí que sería de esta forma su primer chantaje, pero estuvo bien. Claro que olvidé regañarlo por la parte de "Papá eres un cabrón" pero siendo sinceros, es mi culpa por decir malas palabras frente a mi hijo, fue inevitable, recuerdo que traté de esa forma a Víctor, así que, si lo regaño, sería muy hipócrita de mi parte.
Por supuesto que mi padre no dejaba de reír, se estaba abrazando el estómago de tanto que reía, Noah no parecía feliz, de hecho, parecía preocupado y me puedo imaginar la razón, sin embargo, decidí evitar aquella conversación y simplemente caminé a mi habitación para quitarme la ropa mojada.
A diferencia de Chris, yo me tardé menos, de cierto modo fue gracias a que sólo me puse un pantalón deportivo junto a unas zapatillas antes de bajar y acomodarme en el salón con el resto, además después apareció Anthony quien se sentó cerca de mí, ya que en quien más confía es en mí.
Nosotros estábamos hablando, él me hablaba sobre su hermana y las travesuras que han hecho, parecía muy feliz, incluso nos hacía reír, así que cuando mi hijo apareció con su cachorro, este miró enfadado al niño quien obviamente se puso nervioso.
–Mira, ya encontré tu reemplazo, este niño no me insultará– le dije a mi hijo, mientras Noah me regañaba con la mirada.
Chris me miró directamente a los ojos, debo reconocer que me sentí mal al ver como parecía triste por mis palabras, de hecho, parecía que quería llorar y se marchó directo a la salida, casi buscando huir de casa, así que mi padre y esposo me miraron con seriedad.
–Ok, si me pasé...– murmuré a medida que caminaba para ir a buscarlo.
Hay pocas veces en las que me arrepiento de mis bromas pesadas, hoy era una de esas ocasiones tras ver como mi hijo le pedía con tristeza a Philip que lo llevara a otro lado, este estaba limpiando el auto en el cual transporta a mis hijos, así que al no entender nada, me miró y mi hijo se puso por detrás de él.
–Hijo– lo nombré con tranquilidad.
–¡No quiero hablar contigo! –me dijo con la voz prácticamente quebrada– Titán, llévame a tu casa– le pedía casi como una súplica.
Philip me miró con una sonrisa divertida, incluso acercó su mano al cabello de mi hijo con tal de acariciarlo a medida que me decía un "Ahora mismo, tu hijo confía más en mí que en ti" y si, no me gustó la idea, así que traté de acercarme a mi hijo, sólo que este se aferró con más fuerza a Philip.
–Hijo, ven, hablemos– insistí, pero él no me respondió.copy right hot novel pub