Esto es jodido, la rata de Marcos sabe que lo estoy asechando, por ello, se ha escondido en un sitio en donde no lo puedo encontrar con facilidad, está rodeado de hombres y todos han recibido la orden de matarme en cuanto me vean.
Ya han pasado dos semanas, creo que Jack aún no ha conseguido reunir toda la información que necesita para entender todo esto, es normal, conseguir la información que necesita le tomará tiempo, sin embargo, debo reconocer que es astuto, el cabrón casi consigue atraparme en una de mis guaridas, aunque por suerte tenía sensores de movimiento que me avisaron sobre su llegada cuando entraron en el recinto, eso me dio tiempo de salir por la puerta de atrás en mi auto y le dejé una nota que decía "Hola cuñadito, saluda a mi hermano de mi parte, por cierto, usen condón" planeaba dejar un condón, pero no me dio tiempo, así que a la próxima se lo dejaré.
Soy consciente de que me está buscando, sólo que no es el único, Víctor está lo suficientemente involucrado como para ponerme en aprietos, ya que pasé mucho tiempo con él, es decir, suele conocer los sitios que frecuento y fue difícil contener mis ganas de saludar, sólo por molestarlo un poco.
Hoy decidí correr el riesgo de entrar en un club similar al suyo, sólo que es de prostitu**s, necesitaba hablar con una mujer, la cual apodan como "la jefa" quien me ayuda a reunir información sobre el paradero de Marcos, muchos de los trabajadores de la familia Daniels frecuentan estos clubes, todo hombre que suele entrar a estos sitios suele soltar un poco de información cuando mezclas alcohol, culos y tetas.
Claro, no todos, hay otros muy leales que saben sobre cosas que a mí me interesan, pero no hablarían, aunque los torturara, por suerte los hombres de Marcos no son así, sería un verdadero problema si fuesen todos leales a ese imbécil.
Por lo que supe, se estaba ocultando en la casa del padre de Víctor, mientras que, a su familia, esposa e hijos, los envió de vacaciones fuera del país, me sentía un poco enojado por averiguar esto, el idiota no se está dejando matar, pero al mismo tiempo, cuando consiga atraparlo, será muy placentero ver su rostro aterrorizado cuando sepa que está a punto de morir.
Normalmente suelo quedarme un rato en este club, es divertido beber con prostitu**s, ya que como saben que no me interesan, me hablan sobre posiciones sexuales que, según ellas, dejarían "enamoradísimo a mi amado" cosa que no tengo, bueno, está Víctor, pero no creo que lo vuelva a ver de esa forma, no sé si conseguiría seducirlo ahora que sabe que lo usé para llegar a su familia. Claro, ese no era el punto ¿por qué siempre termino pensando en él? Ag... odio esto.
Yo quería decir que no pude quedarme un rato, ya que no quería correr el riesgo de ser descubierto, así que cuando conseguí lo que quería, salí por la puerta de atrás como precaución, si salía por la puerta principal podría encontrarme con trabajadores de Marcos, así que no quise correr el riesgo, sólo que, cuando salí, me topé con algo peor.
Estaba oscuro, la puerta trasera da directo a un callejón oscuro, así que no vi a un atractivo sujeto que estaba detrás de mí y que se atrevió a apuntarme con un arma, debo reconocer que me preocupé, sentir la boca de una pistola me preocupó muchísimo, sin embargo, cuando escuché su voz me giré y con cierto esfuerzo vi su expresión completamente seria que buscaba incluso parecer de desprecio.
–Hola, mi amor– dije con una sonrisa divertida.
–No hagas nada estúpido, debo llevarte conmigo– me dijo aun apuntándome con su arma.
Yo sonreí, incluso di un paso más cerca para apegar la boca de la pistola en mi frente mientras al mismo tiempo llevaba mis manos hasta su entrepierna notando como se distraía un instante.
–Venga, dispárame– le dije desabrochando su pantalón con tal de meter mi mano dentro.
–Eres un...–dijo ahogando el insulto, aunque me giró con cierta agresividad apegándome contra el muro con tal de inmovilizarme y mantener mis manos quietas.
–¡Oh vamos! –dije acercando mi trasero hacia su entrepierna– esto me está poniendo caliente.
–Ya cállate, déjate de juegos– me dijo, por lo que llevé mi mano a su entrepierna a pesar de estar de cara a la pared.
–Venga...– dije acariciando su pene por debajo de su ropa interior– ¿no me extrañas?
Víctor no respondió, eso evidentemente me preocupó, por lo que acaricié su entrepierna de la forma que a él le gusta, cuidando de no apresurarme demasiado, ni forzar la situación.
Cuando conseguí crearle una erección, volví a preguntar de una forma que ocultaba mi desesperación por saber la respuesta, aunque él para mi suerte guardó su arma antes de apegar su cuerpo contra el mío.
–Sabes que sí...–confesó besando mi cuello mientras yo masajeaba su entrepierna.
–Víctor, tócame...–pedí buscando sus manos para que lo hiciera, no mentía cuando le dije que estaba caliente.
–Vamos a un motel– me dijo deslizando sus manos por dentro de mi camiseta.
–No...–suspiré dirigiendo sus manos a mi entrepierna con tal de que desabrochara mi pantalón y me lo hiciera allí mismo– te necesito ahora.
Esta sería la primera vez que lo hago en un lugar público, por alguna razón me siento ansioso, incluso desesperado por sentir sus manos recorriéndome en aquel callejón, ni siquiera quería "Juguetear" antes de ir de lleno a la acción, estaba tan ansioso que simplemente dejé caer mis pantalones y con ayuda de mi mano, dirigí su erección a mi entrada.
Víctor me detuvo, este me giró y me besó en un tono apasionado mientras al mismo tiempo sacaba un condón de su bolsillo trasero. No pude evitar sonreír en medio del beso ¿Por qué trajo uno condón? Se suponía que debía llevarme con él, entonces ¿Por qué tiene un condón en el bolsillo trasero de su pantalón? No es que me queje, hombre precavido vale por mil, pero aun así me divierte saber que desde un principio quería hacer esto conmigo.
Mi cuerpo está quemando, en medio del beso jugueteo con su lengua con tal de quitarle el condón, me gusta ponérselo, ya que puedo tocar cada centímetro de su delicioso pene antes de girarme y ponerme a su mereced, en situaciones como estas, mi cuerpo se entrega por completo, quizás soy demasiado caliente, pero no puedo controlarme cuando son sus manos las que me tocan, además notar cuán desesperado está por mí, me encanta.
Dolió un poco cuando lo metió, pero mi mente estaba en blanco, no pensaba en nada, simplemente disfrutaba de sus lentas embestidas que buscaban acostumbrarme luego de no haberlo hecho por varios días, aunque en cuanto me acostumbré, mi cuerpo comenzó a temblar de placer mientras mis labios dejaban salir gemidos de placer envueltos en jadeos.
Se sienta excelente, cada centímetro de mi cuerpo tiembla en excitación, además siento un cosquilleo inexplicable que me hace sentir feliz, incluso deseo que esto no acabe, estoy tan caliente que no puedo dejar de acercar mi trasero a su entrepierna, estoy excitado, mi entrepierna se siente mojada, sobre todo cuando con firmeza tomó mi erección para masturbarme a la vez en la que me embestía.
–¡Ah...! Más...– pedí jadeante tras corrernos– Víctor, necesito más...
Este mantenía la respiración acelerada, apoyó su frente en mi hombro mientras yo no deseaba dejarlo salir, quería más, necesitaba sentirlo, era la única forma que tengo para asegurarme de que no me odia.
–Va...– jadeó– Vamos a mi casa– propuso.
–¿Sin trampas? –pregunté un poco desconfiado.
–Sin trampas, te lo prometo– me dijo alejándose de mi cuerpo con tal de que pudiera subir mis pantalones y acomodar apropiadamente mi ropa.
Sabía que no era correcto, era arriesgado ir hasta su casa ahora que me está buscando su familia, sin embargo, cuando estuvimos allí, Víctor abrió la puerta y entró después de mí, no me dio tiempo a encender la luz cuándo él me apegó a la pared y con apasionados besos me iba desnudando en la entrada de su casa.
Se siente diferente, esta no es la primera vez que lo hacemos, ni mucho menos la segunda, llevo con él varios meses, no sé cuántos exactamente, no soy de la clase de chicos románticos que recuerdan las fechas, incluso soy capaz de olvidar mi propio cumpleaños, sin embargo, por alguna razón estar con él ahora mismo se siente diferente, como si hubiesen pasado años, absurdo ¿no?
Me siento insaciable, nosotros lo hicimos contra la pared de la entrada a su casa, desde luego no es la primera vez que lo hacemos en la entrada de su casa, de hecho, vivía con él, así que es más fácil, incluso ahora es más cómodo, ya que conoce la posición más adecuada para este sitio y sin duda, me hacía ahogarme en excitación mientras mis piernas rodeaban su cintura, además sus labios no parecían estar dispuestos a dejar los míos.
Luego lo hicimos en la cama, específicamente en la posición de misionero, ya que podíamos besarnos y él cuidaba de mi cuerpo en el proceso, hacerlo en la cama es casi para que mi cuerpo descanse un poco, sin embargo, luego lo hicimos en la ducha.
Sin duda me estaba dejando llevar demasiado, mi cuerpo se sentía cansado, pegajoso, estaba sudado, aunque con el agua deseaba limpiarme con tal de irme cuando se durmiera, sólo que en la ducha las cosas se salieron de control y terminé de cara a la pared de vidrio mientras arqueaba mi espalda para posicionarme adecuadamente para él, incluso en medio del sexo jugueteábamos, adoro esto justamente porque cuando lo hago con Víctor, el sexo es diferente, incluso divertido.
Por supuesto que tengo experiencia en el ámbito sexual, soy de sangre caliente, por tanto, he tenido varias parejas sexuales que me han enseñado muchas cosas que he aplicado con Víctor, muchas de ellas me han dejado como un experto, ya que conozco los puntos más importantes que debo tocar cuando estamos de lleno en el acto, sin embargo, él también me ha dejado sorprendido en múltiples ocasiones.
Como ya dije, yo "Estudié" para seducirlo, tenía claro que debía hacer para conseguir la información que necesitaba, así que cuando lo hicimos por primera vez, únicamente me dedicaba a analizar su comportamiento, por supuesto que fue difícil, Víctor me mantenía casi sin aire y sin duda terminé con las piernas temblando, pero como ya conocía la forma que tenía de desenvolverse, fui aplicando poco a poco mis conocimientos con tal de volver el sexo una situación llena de placer y sensaciones inexplicables que me gusta creer que sentimos ambos.
–¿Te quedarás? –me preguntó tras salir de la ducha, podía ver en su mirada cierta tristeza por la posible respuesta que se arriesga a obtener ahora, sin embargo, no quería ver aquella mirada en sus ojos, una que parecía incluso desconfiada.
Víctor siempre me ha mirado como si yo fuese alguien importante, sus ojos desde que lo conozco tienen un brillo cautivador y su mirada se ilumina cuando me ve, es como un cachorrito, uno adorable que se alegra de ver a su "amo". Sin embargo, ahora su mirada no es como antes, casi evita mirarme a los ojos por más de treinta segundos, algo que me hace sentir terrible, después de todo, es una muestra evidente de que seguramente jamás logrará perdonarme.
–Hmm...–pensé caminando hasta el armario para tomar algo de ropa, como dije, vivía con él y no me llevé mi ropa, era demasiado arriesgado los primeros días venir por ella.
–Sebastián– me nombró en un tono suave, yo me centré en buscar algo para ponerme, ahora mismo estoy desnudo en su habitación y ya comienzo a tener frío, sin embargo, Víctor se posicionó detrás de mí con tal de deslizar sus manos por mi cintura con el propósito de apegarse a mi cuerpo de manera casi inocente, buscando una respuesta a su anterior pregunta.
–¿Quieres que me quede? –le pregunté acariciando sus brazos que me envolvían cariñosamente.
–Sí...–me respondió apoyando su barbilla en mi hombro, me resultaba tan tierno, ahora mismo Víctor parecía un niño pequeño y por alguna razón deseaba consentirlo.
–Está bien– dije girando un poco mi cabeza, por lo cual, casi al instante él salió a mi encuentro con tal de besarme de forma dulce.
[...Narra Víctor...]
Tengo miedo, ahora mismo me siento tan feliz de tenerlo entre mis brazos nuevamente, estos días han sido difíciles, toda mi familia lo está buscando, incluso he tenido que fingir que en realidad no me importa e investigar su paradero. Jack sabe que me importa, cuando encaramos a Sebastián en el club, horas más tarde se organizó una reunión familiar en donde se enteraron sobre mi relación con él.
Fue una reunión incómoda, sentía que me juzgaban por "acostarme con el enemigo", aunque traté de asegurarles que no me importaba, ellos saben cómo soy o al menos como era, así que no dudaron en creer que no tenía importancia para mí, pero ¿Cómo le miento a Jack? Este no dijo nada en ese momento, simplemente me miraba en silencio y cuando estuvimos a solas me dijo "Dame tres razones por las cuales debería creer que no te importa"
No fui capaz de decir nada, por un momento pensé en hablarle sobre la muerte de uno de nuestros tíos, pero pasé mucho tiempo con Sebastián, soy consciente de que cada movimiento que hace es analizado con cautela, por ello, creo en su palabra cuando dice que sus padres no mataron a mi abuelo, aunque me resulta descabellado pensar que mis dos tíos pudieron asesinar a su propio padre con ayuda de Regina.
Por supuesto que Jack sabía que mentía al decirle a nuestra familia un "No me interesa Sebastián, pueden hacer lo que quieran con él" ya que, nos criamos casi como hermanos, ambos sabemos cuándo el otro miente, cuando estamos tristes o incluso cuando nos gusta alguien, por ello, Jack es de los pocos que sabe perfectamente cuando miento.
Naturalmente tuve que decirle la verdad, me sentía un poco avergonzado por confesar algo que ni siquiera le he confesado a Sebastián, sobre todo porque mientras me escuchaba sonreía de forma burlona, además Jack casi sin poder contenerse dijo "El putito se enamoró" con tal de burlarse un poco de la situación, aunque gracias a esto conseguí dos cosas.
La primera, como él es uno de los primos más involucrados en la mafia de nuestra familia, conseguí que le dieran tiempo a Sebastián a dar sus razones y pruebas de sus palabras, es decir, no lo matarán en cuanto lo vea.copy right hot novel pub