La alarma no sonó y en este momento voy demasiado retrasado al trabajo, tengo una junta en espera, papeles por firmar y un viaje que debo realizar y yo, sigo en boxers.
Anoche Dafne y yo salimos a cenar y la cena se convirtió en fiesta y en la fiesta había alcohol y al beber alcohol nosotros nos pusimos demasiado cariñosos en el coche estacionado afuera del super y entonces todo pasó tan rápido y terminé pagando una multa por cometer actos ilícitos en vía pública, llegamos a casa tarde y bueno esas son las consecuencias.
—Dafne, ¿viste mi camisa gris?
—¡En el armario! –grita desde el baño.
Abro la puerta del armario y veo todas mis camisas formales hechas literalmente bola. Tomo una y al extenderla puedo ver notables arrugas en ella.
Camino hasta el baño y abro la puerta
—Uh...oye tontin, ¿qué les pasó a mis camisas?
—Bueno... la señora que viene a lavar no pudo así que las lavé yo.
—Estan arrugadas, no puedo usarlas.
—No te preocupes, ¿Tienes plancha?
—No. –digo y me sorprendo de mi respuesta.
—Déjame entender algo, necesitas las camisas sin arrugas pero no tienes plancha. Es ilógico.
—La señora hace magia con ellas, las saca sin arrugas de la secadora.
Dafne parpadea y ríe como loca. De verdad que a veces no la entiendo.
—Tengo que llegar Dafne. –digo desesperado.
—Llama a Nelly dile que necesito su plancha, avisa a tu secretaria que vas retrasado que llegas en una hora aproximadamente, que mande a pedir desayunos para los integrantes de la junta, estarás allá en media hora.
—¿De verdad? –cuestiono incrédulo.
—Confía en mi.
Hago exactamente lo que ella dice, llamo a Nelly luego a mi secretaria y doy instrucciones de lo que debe hacer, mientras el tiempo pasa, Dafne se prepara para ir conmigo a la oficina.
Nelly llega con la plancha y en menos de cinco minutos mi camisa esta impecable como siempre. Los desayunos fueron entregados y el cliente esta dispuesto a esperar.
Me pongo la camisa, la corbata y el saco, Dafne esta enfundada en un traje de ejecutiva, blusa blanca de botones, falda negra y tacones, lleva el pelo suelto en ondas y los labios carmín. Casi siento reventar mi pantalón.
—Guarda esa erección para en la noche cariño, es hora de trabajar. –informa con naturalidad.
Camino detrás de ella y fijo mis ojos en su trasero, esta niña me va a matar.
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—Nosotros confiamos plenamente en su compañía señor Krause, mi padre construyó su imperio con su ayuda y quiero que construya el mío también.
Este contrato sería épico para la compañía, montar un imperio como el del señor Márquez será el boom que esperábamos con ansia.
Dafne se encuentra frente a mi tomando nota como sólo ella sabe hacerlo, ella se encargará de rutas de salida y todo lo correspondiente con seguridad. Siempre que puede me regala sonrisas coquetas, aunque al parecer no soy el único encantado con ella.
—¿Tiene alguna sugerencia señorita Marín? –cuestiona uno de los hijos Márquez.
Dafne despega los ojos de sus anotaciones y me mira.
—Ah.copy right hot novel pub