Me siento atormentado ante las ordenes, pero a la vez con tantas ganas de saborear mi triunfo y aquella venganza que por años fue construía para mí.

Escuchaba día a día voces atemorizadas a mi alrededor, mis labios disfrutaban de aquello y podría describirlo como perfecto. Aquellos ojos temerosos de cada ser que se arrodillaba era una clase de energía cubriendo mi cuerpo.

-Al fin podré hacer lo que tanto deseé, ya es hora

-Con cuidado, recuerda que aún te encuentras débil - su asquerosa voz me hostiga, me quema, como odio verlo vivo

-No estés siempre cuidándome, cuida tu puesto en el castillo y tráeme más información, quiero saber más sobre esa tal Minesa - relamo mis labios

-¿Que más deseas saber? – cuestiono con arrogancia

-Más, necesito saber más. Ella me llevará al éxito, ella es la indicada y la debilidad ahora de Aleckey

-¿Crees que aquellos rumores sean ciertos? – con intriga lo observe - ¿Sobre su amada Minesa? ¿Ella existirá en realidad?

-Debe o mejor dicho tiene que existir – respondí con firmeza

-Eso espero yo también, Orión

-No me llames así, pronto seré rey ¿Lo recuerdas? – él curvo en sus labios una sonrisa ladina

-Como digas mi futuro rey - suelto una gran carcajada y bebo el delicioso jugó que yace en mi copa soltando un gemido ante el glorioso sabor

-Pronto volveré por lo mío, pronto volveremos por venganza

Mis ojos brillan satisfecho ante lo que se aproxima.

(…)

Orión desde muy niño veía a su madre mirar hacia la nada, los ojos entristecidos, aquella melancolía oculta bajo el silencio. Sus pequeñas manos la rodeaban intentando darse calor, pero ella no se inmutaba.

Silencio, todo era silencio para ella.

Las frías calles los consumían y la noche caía lentamente con aquel viento entristecido, habían pasado 14 años desde que aquel mundo se llenó de horror y temor por aquellas bestias que alguna vez existieron en cuentos, aquellos años en los que él huía junto a su madre para sobrevivir.

Veía con curiosidad en las calles a las personas dormir, muchos humanos tenían un hogar mientras que otros esperaban entregar a sus hijos como ayudantes o hasta casarlos.

Muchas veces funcionaba, una humana era tomada como esposa, pero solo para dar hijos.

-Mamá, tengo hambre - susurró el pequeño titubeando de frío y miedo

-Mi pequeño muy pronto comerás en tu trono y… - miró a su hijo con tristeza, sus ojos cristalizados y la debilidad de su cuerpo seguían presentes - vengarás la muerte de tu padre.

Su padre.

Había muerto cruelmente antes de que él naciera, su madre le contaba cosas sobre él, pero no hablaba sobre la triste noche en la que la muerte los separó.

Su madre sufría y eso se notaba cuando sus lamentos eran llevados por el viento.

-Lo haré, pero… - los brazos cálidos de su madre lo acurrucaron suavemente interrumpiendo sus palabras

-No te preocupes la venganza ha empezadocopy right hot novel pub