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Una madre para mi hijo

CAPÍTULO 8. UNA MADRE PARA MI HIJO

Massimo

- ¿Por qué tarda tanto? -Le pregunto a Marion quien me ha traído un vaso con agua mientras espero a Lilibeth que lleva unos minutos de retraso y aún no baja.

-No lo sé señor, puede que ya no tarde. ¡Oh! Mire ya está bajando. Se ve realmente hermosa señorita -Me giro cuando dice esto y en efecto tiene razón luce hermosa.

-Gracias señora Marion -Le sonríe con cariño, me quedo embobado viéndola bajar.

Está noche Lilibeth lleva un vestido color verde esmeralda (haciendo que resalte sobre su piel blanca) de un solo hombro con manga larga, la parte superior parece que tiene bordadas algunas flores con detalles en color negro sobre una tela casi traslucida que deja a la vista un sostén en el mismo color del vestido, la parte baja del vestido se abre en una falda amplia la cual deja a la vista toda su pierna derecha gracias a la abertura de esta, lleva unas zapatillas doradas a juego con su bolso y todo en ella es perfección, sólo siento que verla enfundada en este tipo de vestido atraerá las miradas de demasiados hombres algo que comienza a incomodarme de tan solo pensarlo.

Me acerco a ella la tomó por el brazo y salimos hacia nuestro destino. Cuando llegamos a la mansión de los Salvatore le tiendo mi mano a Lilibeth y entramos juntos, puedo sentir como su mano tiembla un poco y se la aprieto un poco en señal de que todo estará bien.

-Buenas noches, señor Carluccio adelante por favor -Me permiten el paso en cuanto le tiendo mi invitación al personal de la entrada -Bienvenida señora Carluccio -Lilibeth por su parte lo mira con el entrecejo fruncido cuando escucha como la llaman, una vez dentro me giro hacia ella para aclarar algunas cosas.

-Aquí dentro eres la señora Carluccio y por lo tanto espero que te comportes como se debe ¿Me entiendes? -.

-Yo no soy tú mujer ¿Qué pretendes con todo este teatro? -.

-Ya te lo dije eres mi mujer quieras o no, si alguien te ofende avísame y yo arreglaré las cosas como se debe, y ahora vamos solo debes de saber lo necesario confórmate con eso -La tomo de la mano y nos dirigimos a los anfitriones del evento.

Lilibeth

No me gusta la forma en que me exige que haga las cosas como eso de decirme que soy su mujer, pero temo que si no hago lo que dice pueda hacerme daño. Nos encaminamos a unas personas que están de espaldas y Massimo los saluda.

-Señor Salvatore, buenas noches y gracias por la invitación -El hombre se gira y puedo ver que se trata de una persona mayor de aproximadamente unos 60 años, medio calvo, de piel blanca y ojos verdes los cuales no demuestran para nada la alegría con la que nos está recibiendo en este momento sus ojos parecen fríos y calculadores sobre todo cuando me miran, a su lado veo a la mujer que estuvo hace tiempo en la casa con Massimo la pelirroja de buen cuerpo, está en cuanto nos mira y ve la manos de Massimo y la mía entrelazadas se le congela la sonrisa en la boca y por un fracción de segundo aparece una mueca en su rostro después vuele a su expresión y nos saluda como si nada.

-Hola Massimo -Se acerca provocativamente a él mostrándole el mega escote que deja a la vista casi todo su pecho desnudo a causa de un vestido rojo con escote tipo halter, la parte superior está adornado con lentejuelas mientras la parte trasera solo está sujeta por unos finos tirantes dejando a la vista toda su espalda desnuda y termina en una falda roja de satén con aplicaciones en gasa dejando a la vista parte de sus largas piernas, lo besa muy cerca de la boca sin importarle que yo esté a su lado, el solo la saluda como si nada sin soltar mi mano en ningún momento.copy right hot novel pub

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