Modo oscuro
Idioma arrow_icon

Una madre para mi hijo

CAPÍTULO 15. ¿ESTÁS TRATANDO DE SEDUCIRME?

Estoy en mi despacho revisando cierta información que Pietro ha podido averiguar sobre el asesinato de Katherina, por lo que veo es algo que ya se tenía planeado desde hace tiempo la habían estado siguiendo y por si fuera poco uno de sus hombres ayudo para perpetrar el crimen, en cuanto lo encuentre yo mismo me encargaré de él, conforme sigo leyendo hay algo que me hace enfurecer aún más y es que tenían la firme intención de asesinar también a Alexandre, dejo escapar un grito de frustración y arrojo mi vaso con whisky al otro lado de la habitación el cual termina estrellándose contra una de las paredes.

Subo mis brazos a mi cabeza pensando en todo lo que ha sucedido y si bien ya no amaba a Katherina ella era la madre de mi hijo, la mujer que me dio el mejor regalo y ahora mi pobre pequeño crecerá sin el amor de su madre, sé que Lilibeth será una buena madre para él, pero creo que no será lo mismo, sigo perdido en mis pensamientos cuando tocan a la puerta.

-Adelante -Levanto la vista y ahí está Lilibeth con su bata de dormir y regalándome una linda sonrisa.

- ¿No piensas ir a dormir? -Entra y ve los trozos de cristal esparcidos por el piso - ¿Sucedió algo? -.

-Estaba revisando unos documentos que no me di cuenta en qué momento se hizo tan tarde, y no es solo que estaba un poco frustrado -No quiero contarle lo que he averiguado no quiero espantarla y que me pida nuevamente que la deje ir, creo que soy muy egoísta al pensar primero en mi felicidad, pero en verdad la amo como para dejarla ir tan fácilmente.

-Vamos a la habitación necesitas descansar -Comenta mientras se sube a mi escritorio lo cual me parece bastante sensual, la jalo haciendo que quede frente a mí, abro sus piernas para posicionarme entre ellas y noto como un ligero rubor cubre su rostro.

-Creo que antes de subir podemos divertirnos un rato aquí -Comienzo a quitar su albornoz dejando a la vista un sexi babydoll negro semi transparente de encaje – Acaso ¿Estás tratando de seducirme? -Pregunto levantando las cejas y poniéndome bastante duro de tan solo verla así.

-No, pero esta es mi ropa de dormir -Comienzo a besarla delicadamente, al estar en contacto con su tersa piel comienzo a relajarme de todas mis preocupaciones -Basta Massimo es hora de ir a dormir -Sonrío ante lo que dice ya que sus manos alrededor de mi cuello me indican que no desea dormir en este momento.

-Creo que tu cuerpo dice otra cosa y lo que menos haremos está noche será dormir -Beso su cuello mientras bajo una de mis manos a su entrepierna y la acaricio a través de sus bragas, haciendo que comience a gemir de satisfacción, mientras con la otra masajeo su seno derecho, ella por su parte se apresura a desnudarme y cada toque de ella me enciende por dentro como ninguna mujer lo ha hecho por lo que también me apresuró y en un segundo aviento su ropa en alguna parte de mi despacho, cuando ya la siento bastante húmeda no pierdo tiempo y de una sola estocada la penetró, manteniendo mi ritmo la levanto del escritorio sin separarme ni un milímetro de ella y me dirijo al sillón para recostarla con cuidado.

Después de unas cuantas embestidas ambos nos liberamos y permanecemos en el sillón, la acomodo sobre mi cuerpo mientras sigo acariciando su hermoso cuerpo.

-Creo que te compraré más ropa como está, aunque te ves mejor sin ella -Bufa al escucharme decir esto y levanto su barbilla para besarla hasta que nos quedamos sin aliento, comienza a cabecear y nos levantó a los dos - ¡Ah no amor hoy no dormirás! -Tomo su albornoz y se lo pongo para después ponerme mis pantalones -Esto lo seguimos en nuestra habitación -La tomo por la cintura y me dirijo a la salida ignorando sus protestas sobre su babydoll el cuál permanece en el piso.

-En este momento lo único que deseo es hacerte el amor como un loco mi pequeña, tanto así que mañana no querrás levantarte de esa cama -La beso mientras subimos a nuestra habitación y al entrar en ella, me posicionó sobre Lilibeth como si tuviese semanas sin hacerle el amor y no solo unos cuantos minutos. Nos dejamos llevar por la lujuria y deseo que en ese momento sentimos y nos unimos en uno solo como otras tantas veces.

Lilibeth

Al día siguiente trato de levantarme de la cama y me duele cada parte de mi cuerpo como si me hubiese pasado un camión por encima.

-Te lo dije amor, que no te podrías ni levantar de esa cama -Me mira divertido por los gestos que hago.

-No me parece gracioso Massimo -Le digo mientras le doy un pequeño golpe, a lo que él sólo me jala nuevamente haciendo que quede encima de él.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio