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Una madre para mi hijo

6. ERES COMO UNA ADICCIÓN

Fiel a mi palabra decido ir nuevamente al antro El bajo mundo con la esperanza de encontrarme con mi marido, pero al mismo tiempo me da miedo que Maritza nos descubra y todos mis planes se estropeen antes de poder vengarme de ella.

Después de hablar un momento con el señor Lombardi sobre algunos documentos de los que necesito su ayuda, para descubrir a quienes fueron a parar todos los desvíos que le hicieron a mi esposo y este prometerme que tanto su contador como su abogado me ayudarían, decido ir hacia la barra y pedir una bebida, cuando siento que una mano se posa sobre mi cintura de forma tan posesiva a como lo hacía Massimo, me giro para ver al dueño de esta y efectivamente se trata de él, se acerca hasta mi oído y me susurra.

-Te he estado esperando todos estos días -Luego muerde un poco el lóbulo de mi oreja, haciendo que pierda la razón y quiera arrojarme a sus brazos, sin embargo, la mirada de Palmieri me hace volver a mis cinco sentidos.

-Aquí no señor De Angelis alguien podría vernos e ir con el chisme a su prometida -Niega con la cabeza y antes de marcharse me susurra nuevamente.

-Te espero en el baño de hombres en 5 minutos -Se gira y me deja ahí plantada sin saber que hacer.

Después de unos minutos me acerco a Palmieri y le susurro -Regreso en un momento, por favor no digas nada -Sé por su expresión que él también encuentra esto sumamente peligroso al igual que yo, pero no agrega nada y me deja marchar.

Luciano

Hoy igual que los otros días estoy en el antro esperando a Lucrecia cuando la diviso en la barra, luciendo tan sexi como la vez pasada con un corsé negro de encaje y una falda dorada que se ajusta perfectamente a su cuerpo, la veo con otro hombre diferente al de la vez pasada y los celos me corroen al darme cuenta de que es un hombre bastante bien parecido.

Me acerco hasta ella y le susurro que la espero en el baño de hombres, su acompañante me lanza una mirada como de enfado, pero lo ignoro solo me concentro en ella, me alejo y después de unos cinco minutos pienso que tal vez no vendrá, pero me sorprende cuando la veo entrar por esa puerta.

- ¿Para qué quería verme señor Luciano? -Pregunta en cuanto nos reunimos en el baño.

-Porque toda esta semana lejos de ti, he deseado hacerte el amor como un loco y no pienso desaprovechar la oportunidad de estar nuevamente contigo -Acto seguido me abalanzó sobre ella y la beso con la misma desesperación que ella a mí y sé que también desea estar conmigo.

Beso su cuello y me deshago de su corsé dejando sus senos al descubierto, acaricio uno de sus pezones con mi dedo y después con mi lengua, cuando veo como arquea la espalda comienzo a succionarlo, ella por su parte quita mi camisa y después enreda sus manos en mi cabello.

-Esto se siente tan bien -Susurra en mi oído y su voz se pierde en un gemido de placer, cuando después de varios intentos logró quitar su falda e introducir dos de mis dedos en su intimidad, para hacerle perder la cordura por completo.

Después de hacer que se corra en mis dedos bajo rápidamente mi pantalón y la penetró sin demora, pegó su espalda contra los espejos y comienzo a intensificar mis embestidas hasta que ambos nos liberamos en un enorme orgasmo, abrazándonos aún más fuerte que antes.

-Eres como una adicción, de la cual mi cuerpo pide más cada día -Le digo mientras continúo besando su cuerpo desnudo y dejando algunas marcas en él para que no se olvide de este encuentro, sin querer muerdo con un poco más de fuerza su seno haciendo que se queje un poco.

-No tan fuerte Luciano, me lastimas -Después me vuelve a besar y acalla cualquier disculpa de mi parte. Nos vestimos en silencio, pero este es diferente al de la última vez.

-Déjame ver que sea seguro para que salgas -Abro la puerta con cuidado y me topo de frente con su acompañante, el tipo de la barra.

-Es seguro que salgan -Me informa con una voz gruesa y autoritaria, sólo frunzo la boca y asiento, algo en el me molesta, siento como si el también estuviese interesado en Lucrecia.

-Espero que nos volvamos a ver -La beso hasta dejarla sin respiración y en un intento de hacerle saber al tipo que espera que ella es mía, aprieto su trasero y la pego más a mí, noto como sonríe sobre mi boca y niega con la cabeza.

Lilibeth

En cuanto salgo del baño, Palmieri me cubre con su cuerpo (algo no tan difícil ya que es tan alto como Massimo) para no ser vista por nadie, mi esposo aprovecha y se escabulle en sentido contrario; me saca por una puerta que nunca había visto y fuera de esta veo a Donato con la misma expresión que el resto de mis hombres.

-Señora no es seguro que se siga encontrando aquí con su esposo, es demasiado peligroso -Dice Palmieri con rostro serio mientras subimos a la camioneta y los demás asienten dándole la razón -No me mal entienda si me enterará que mi esposa sigue viva haría lo mismo que usted, pero es mejor que se vean en otro lugar más seguro -Siento mi cara enrojecer de la vergüenza y solo asiento.

Los siguientes días he evitado encontrarme con Massimo lo cual me tiene bastante frustrada, sin embargo, por seguridad de ambos debo hacerlo, pero me desespera no verlo.

-Señora el señor Lombardi desea verla hoy por la noche en Il Palazzo Reale Liguria, es un casino muy elegante del cual él es dueño, por lo que está noche pasaré a buscarla alrededor de las 8 de la noche -Me sorprende que cambie nuestro lugar de reunión, pero supongo que ya está enterado de mi último encuentro con Massimo y no desea que algo así vuelva a ocurrir.

-Bien ahí estaré, gracias Palmieri -.copy right hot novel pub

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