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Una madre para mi hijo

7. CONFUSIÓN

-Entonces me retiro y nuevamente gracias por todo -En cuanto salgo de su oficina Palmieri se acerca a mí al ver mi mano envuelta en el pañuelo.

- ¿Se encuentra bien señora? -Pregunta preocupado.

-Sí Palmieri, no es nada grave, debemos bajar mi marido está esperándome -Me mira con sorpresa por lo que acabo de confesarle, pero aun así no agrega nada, solo asiente y nos dirigimos nuevamente al ascensor.

En cuanto llegamos a la planta baja busco rápidamente a Massimo, el cual se encuentra bebiendo a lado de una mujer la cual parece estar sumamente interesada en él, lo adivino por la forma en que esta lo mira e intenta tomar su mano, me acerco a ellos y logro escuchar lo que este le dice haciéndome reír un poco.

-Lo siento, pero no me interesa, ahora si me disculpa estoy esperando a mi mujer -Esta por darse la vuelta cuando lo abrazo por la espalda y pego mi cara a su cuello algo fácil ya que está sentado.

-Hola amor, gracias por esperarme -Se gira y en cuanto me reconoce una autentica sonrisa aparece en su rostro, se levanta, me toma por la cintura y me sigue hasta el elevador que le indico, lo dejo que haga esto ya que las luces en este momento son tan bajas que sería sumamente complicado que alguien pueda reconocernos.

En cuanto subimos al elevador, me besa con desesperación, yo lo alejo un poco ya que no quiero que el señor Lombardi nos vea por las cámaras, si bien somos esposos me da pena que nos vean en una situación comprometedora.

-Aquí no, por favor -Tecleo el número de seguridad del piso asignado y cuando este se abre para dejarnos entrar nos encontramos frente a otras puertas enormes, donde paso la llave magnética que el señor Lombardi me proporciono y luego vuelvo a teclear otro número, acto seguido una melodiosa voz pide que escaneemos nuestra retina, hacemos lo que nos pide y automáticamente las puertas se abren, dejándome con la boca abierta al ver lo maravilloso que es este lugar, todo en él es tan lujoso que me da miedo romper algo.

Después se arroja sobre mi como si de su presa me tratará y seguimos a tientas hasta encontrar una habitación, nos despojamos de nuestras ropas con tanta desesperación que casi caemos al piso.

-Dios toda tu eres perfecta -Dice mientras besa mis senos y sus dedos se pierden entre mi intimidad dejándome sin palabras por la sensación tan placentera de volver a sentirlo en mí, después sin previo aviso me penetra haciéndome perder la poca cordura que tenía hasta hace un momento, su boca se estampa contra la mía para después besar mi cuello.

-Más rápido por favor, ahh no te detengas Massimo -Gimo con desesperación, pero en cuanto me escucha su expresión cambia de deseo a furia total, continúa con sus embestidas más rápidas y brutales sin importarle si me hace daño o no, pero a decir verdad verlo celoso de él mismo me excita más, haciendo que me aferré más fuerte a su espalda, sin embargo, creo que está tratando de hacerme sufrir, porque cuando pienso que estoy a punto de llegar al orgasmo detiene sus embestidas para volver a empezar con un ritmo más lento y después más salvajes haciendo que lo desee aún con más desesperación dentro de mí, después de mucho rato por fin llegamos juntos al clímax y puedo sentir como llena con todo su líquido seminal mis entrañas, en cuanto sale de mí comienza a vestirse.

-Yo lo lamento es sólo que recordé a mi difunto marido -Ahora si se gira, me observa por un momento y al parecer se relaja al escuchar mi excusa haciendo que el ambiente que se tornaba tenso hasta hace un momento, cambie a uno un poco más relajado.

- ¿Estabas casada? Yo no lo sabía -Dice con un poco de frialdad.

-Sí, pero murió hace poco más de un año, tú me recuerdas mucho a él por eso me confundí -Como le explico a mi esposo que lo confundí con él mismo, pero le hablaba por su verdadero nombre -Lo siento no volverá a suceder en verdad me agrada estar contigo -.

-Entiendo -Aunque diga eso sé que herí su orgullo, me levanto de la cama completamente desnuda y lo abrazo mientras enredo mis brazos alrededor de su cuello, lo jalo hacia la cama y nos hacemos el amor nuevamente como un par de locos, pero con más pasión como si eso fuese posible.

Luciano

Estamos haciendo el amor cuando Lucrecia me llama por otro nombre, esto me enfurece y aunque deseo parar y salir de ella algo me lo impide, en parte sé que no puedo recriminarle si ha estado con otros hombres dado que yo estoy comprometido, pero que precisamente mientras lo hacemos me confunda me molesta, para torturarla cuando siento que está a punto de llegar al orgasmo detengo mis embestidas para después volverlas más frenéticas quiero que sé de cuenta que es mejor estar conmigo que con cualquier otro hombre con el que ha estado, después de torturarla por un buen rato nos permito a los dos llegar a ese tan ansiado clímax y ahora sin ningún remordimiento no me importa no haber usado condón con ella, la quiero solo para mí por muy egoísta que suene.

En cuanto terminamos me levanto y comienzo a vestirme con la firme intención de salir de esta suite, cuando me confiesa que me confundió con su marido me quedo helado y peor aun cuando me dice que está muerto, se disculpa para después levantarse de la cama completamente desnuda para enredar coquetamente sus brazos alrededor de mi cuello y restregar su perfecta anatomía contra mi pecho desnudo, es la mejor sensación que se podría experimentar, sentir sus pechos rozando contra el mío me vuelve loco, por lo que el enfado que sentía hace un momento se esfuma así como llego, me jala hacia la cama y comienzo a hacerle el amor con más desesperación ya que con el solo hecho de imaginarme estar lejos de ella sé que sería una completa tortura, pero estar dentro de ella es una delicia es como probar un manjar y volverte adicto a él, el cual es imposible dejar, así que no me arrepiento de estar nuevamente en los brazos de esta mujer la cual me vuelve completamente loco.

Después de saciarnos el uno del otro quedamos sumamente agotados, ella se abraza a mi cuerpo y recuesta su cabeza sobre mi pecho.

-En verdad me agrada estar así contigo -Se levanta un poco y deposita unos cuantos besos sobre mi pecho desnudo -Eres increíble; por cierto, de ahora en adelante lo mejor será encontrarnos en este lugar, es por seguridad -Dicho esto se levanta de la cama y se dirige a tomar una ducha dejándome embobado al verla desnuda.

En cuanto sale comienza a vestirse y me lanza una mirada un tanto coqueta.copy right hot novel pub

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