Salgo del despacho junto a Antonella y veo que sus hijos están jugando con los míos, los cuales parecen estarla pasando de lo mejor ya que sus risas de escuchan por toda la sala, me acerco hasta ellos y beso a mis hijos.
-Mami Giovanni me cargo hace un momento sobre sus hombros, fue muy divertido él dice que su papá hacía eso con ellos ¿Por qué nosotros no tenemos un papá? -No sé qué responderle a mi hijo ya que es la primera vez que me pregunta algo como eso, a lo que Antonella se apresura a contestar.
-Ustedes también tienen un papá, lo que sucede es que él está un poco enfermo y no pueden visitarlo hasta que el mejoré -Mi hijo se queda meditando sus palabras, luego asiente y sigue jugando con Giovanni.
-Gracias -Susurro y le dedico una tímida sonrisa.
Me pasó la tarde jugando con mis hijos y platicando con la señora Antonella, es una mujer muy agradable al igual que sus hijos los cuales están encantados con los míos y puedo ver un cambio significativo en sus rostros a como lo mostraron la primera vez que los conocí, ahora parecen más relajados y aliviados hasta cierto punto, creo que siempre estaban con el pendiente de que los Salvatore los encontrarán, pero ahora con la protección de Lombardi parecen que sus preocupaciones han desaparecido.
Después de acostar a mis hijos en mi habitación (aunque cada uno tenga la suya me siento más cómoda durmiendo con ellos) me arreglo para salir y espero ahora si por fin encontrarme con mi esposo. Cuando llegó al casino me apresuró a entrar rodeada de mis hombres al igual que otras tantas veces para protección mía por si Maritza está presente no me reconozca, subo a la suite y para mi gran decepción no está Massimo, decido tomar un baño para relajarme y pensar en todos los sucesos de los días anteriores.
Me encuentro con los ojos cerrados cuando siento como alguien entra en la tina y pego un grito abriendo los ojos de golpe, en cuanto los abro me encuentro con la perfecta anatomía de Massimo y la mirada que me lanza es suficiente para calmar mi corazón que en este momento latía como loco por el susto.
-Lo siento amor, quería darte una sorpresa, pero te espanté -Toma asiento a mi lado y luego se acomoda hasta que pega mi espalda a su pecho, comienza a masajear mis hombros haciendo que toda la tensión que sufría hasta hace un momento comience a desaparecer.
-No te preocupes, estaba muy distraída y no te escuché entrar -Giro un poco mi cara y le doy un sutil beso en los labios -Ayer quería verte, pero al final no pude salir de mi casa, me surgieron algunos problemas -.
-Mejor que no hayas venido, ayer no pude salir tampoco de casa mi prometida ha estado bastante pesada y paranoica con eso de que la engañó -Besa mi cuello lentamente hasta llegar a mi clavícula.
-Entonces me alegra haber venido hoy -.
-Lucrecia hay algo que quiero pedirte -Exclama Massimo muy serio, por la forma en que habla temo que me pida que no volvamos a vernos.
-Dime -Respondo con voz temblorosa.
-Quiero huir contigo, no me quiero casar con mi prometida no la amo, no sé a dónde solo sé que cualquier lugar a tu lado para mí sería como vivir en la gloria -Sus palabras me emocionan, pero no se lo demuestro.
-A mí también me gustaría huir contigo, pero no creo que sea correcto por el momento -Respondo segura, sé que mi respuesta lo toma por sorpresa ya que cuando vuelve a hablar su voz suena un poco triste.
- ¿No quieres estar a mi lado? O ¿Se debe a que no me amas lo suficiente? -Pregunta dolido.
-Nunca dudes del amor que siento por ti -Me giro completamente hasta sentarme a horcajadas sobre él y al mismo tiempo tomo su cara entre mis manos - ¿Confías en mí? -Le pregunto.
-Claro que confío en ti, siempre lo haré, tanto así que si mi vida dependiera de ello no dudaría en dejarla en tus manos -Sonrió ante su declaración y lo beso apasionadamente.
-Me alegra saber eso, te amo demasiado nunca lo olvides y no te preocupes no dejaré que te cases con esa mujer tu solo debes de asistir a tu boda ese día y dejarlo todo en mis manos -.
Después de entregarnos a nuestros deseos como casi siempre sucede cuando estamos juntos, tomamos una ducha rápida y salimos para nuestras respectivas casas. Ya en mi casa subo rápidamente a mi habitación con una sonrisa tatuada en mi rostro, justo como esperaba Massimo me ama nuevamente, aunque ya me lo dijo hace tiempo, el que hoy me pidiera huir junto a él hizo que mi corazón se paralizará de la emoción, lamentablemente tuve que rechazar su oferta hasta que todo sea seguro para nuestra familia y con este último pensamiento abrazo a mis hijos que duermen plácidamente sin ninguna preocupación.
Al día siguiente me levanto tan temprano como de costumbre y después de bañar a mis hijos y cambiarlos, bajamos a desayunar donde acaban de sentarse a desayunar los Rinaldi, platicamos sobre lo que harán una vez que tengan que marcharse de aquí y Antonella ha acordado con sus hijos que hasta que no sea seguro estos tendrán que quedarse en su nuevo hogar.
- ¿Ha hablado con el señor Lombardi? -Por la forma en que pregunta sé que una parte de ella duda de Giuseppe.
-No, a menos que debamos tratar algún asunto urgente él me manda llamar o viene hasta aquí, no debe preocuparse señora Antonella créame que puede confiar plenamente en el señor Lombardi, gracias a él es que he descubierto muchas cosas, aunque no lo parezca es un hombre leal -Parece tranquilizarse un poco con mis palabras y luego asiente.
Justo cuando estamos terminando de hablar sobre Giuseppe entra Palmieri bastante apresurado.copy right hot novel pub