LUCIANA
Mi madre entraba mientras era empujada por una guardia que venía atrás de ella. Aún esposada la hicieron acercarse un poco más hasta mí, pero midiendo la distancia.
Ana levanto la cabeza cuando la hicieron detener el paso, no se había dado cuenta de quien tenía enfrente.
Sus ojos se abrieron asombrados pero mostraban un brillo que a los pocos segundos se apagó cuando su rostro mostró pesadumbre.
¿Qué le había preocupado?
—Hola.. —dijo, no me esperaba una reacción calmada de su parte, por un momento creí que me iba a insultar.
—Hola.. mamá.. —respondí el saludo en un tono suave pero que pudiera escuchar.
Camine para acercarme más, pero ella retrocedió y se alejó para irse a sentar en otro asiento que se encontraba frente a la mesa. La guardia negó con la cabeza antes de dirigirse a mí y hablarme.
—No está permitido el contacto físico, respeten la distancia —su voz era firme y autoritaria.
Una vez que dejo dicho las reglas, salió y cerró la puerta para dejarnos completamente solas en esa pequeña habitación.
—¿Cómo has estado? —comencé a preguntarle.
Se miraba más delgada que la última vez que la visité, había cambiado mucho, tanto física como mental. Tenia entendido que aquí no tenía acceso a las drogas ya que ella estaba en un programa de adicciones donde les ayudaban a controlar sus problemas.
Mike me tenía al tanto de su proceso y todo lo que había vivido estos meses encerrada. Pero en su mirada podía ver algo diferente, ya no era la mujer agresiva que había sido anteriormente.
—No me puedo quejar, han sabido tratarme bien. —encoge los hombros —Pero no deja de ser desesperante estar todo el tiempo encerrada y no poder salir de este lugar.
—Si cooperaras, todo fuera diferente. Te bajarían la sentencia y en menos de un año estarías libre.
Ella niega con la cabeza.
—Lo sé ya me lo han dicho, pero yo no puedo darles lo que piden.
—¿Por qué? Deja de protegerlo, él nunca se preocupó por ti, además.. —bajo la cabeza.copy right hot novel pub