Modo oscuro
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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 183: No toda sinceridad puede ser aceptada

—Estoy seguro de que la persona que me llamó es mi mamá.

Álex dijo con juramento.

Mauricio miró a Alain, los dos se miraron y Alain preguntó.

—¿Puedes averiguar la ubicación?

—El tiempo de llamada es demasiado corto para encontrar la ubicación específica, pero es posible averiguar dónde está el número.

Mauricio dijo.

—Voy a marcar devuelta este número, ¿así podríamos detectar la ubicación específica?

Álex no pudo ocultar su emoción, solo quería encontrar a mamá cuanto antes.

Alain cogió su manita y lo atrajo hacia sus brazos con un ligero movimiento. Quería moverse, pero Alain lo sujetó por los hombros.

—Si tu mamá está libre, seguramente te contactará. Pero el teléfono sonó, ella no habló y encima escuchabas las voces de otra persona, estas son pruebas que ella no está libre. Qué pasaría si la llamas precipitadamente y los malos la trasladasen.

Álex también lo pensó, si mamá estuviera libre, seguro que se pondría en contacto con él. Si todavía no se puso en contacto, debía ser porque estaba vigilada.

—¿Y ahora qué?

Preguntó Álex con ansiedad.

—Estoy yo y definitivamente la encontraremos, no te preocupes.

Alain logró desviar su atención y en ese momento se olvidó que estaba sentado en los brazos de Alain, solo estaba pensando en cómo encontrar a mamá.

Mauricio miró en silencio y no dijo nada.

—Fui a hablar con el conductor sobre la ruta.

Según el número de teléfono de Cynthia, él averiguó a qué área pertenecía el número. Aunque el rango era amplio, si estuviéramos más cerca del lugar donde Cynthia fue escondida, serviría de gran ayuda para ellos.

—Sí.

Alain admitió débilmente.

—¿Seguro que podemos encontrar a mamá?

Preguntó Álex.

—Seguro.

Alain respondió afirmativamente.

Creía firmemente.

¡Definitivamente podía recuperarla!

Entró Mauricio y dijo:

—En un rato, el vehículo tiene que repostar en el área de servicio. Podrías llevar a Álex y Alessia afuera para tomar aire fresco.

Debería ser aburrido quedarse en el coche. La autocaravana tenía de todo y era como en casa, pero su espacio era limitado.

Álex se puso de pie.

—Me bajo contigo primero.

—Vale.

Mauricio extendió la mano.

—Te llevo en las manos.

Álex era muy obediente y extendió la mano.

—Cuídalo bien.

Alain ordenó.

Había mucha gente en el área de servicio y era un caos.

—Lo sé.

Mauricio lo miró, tras convertirse en padre, este parecía más pesado.

Siendo un adulto estaba claro que podía cuidar bien a un niño.

Pero no dijo nada, porque sabía que se trataba de su amor y preocupación hacia sus hijos.

—Veamos si hay un lugar para descansar.

Mauricio sacó a Álex del coche y Alain fue a la parte posterior para abrazar a su hija.copy right hot novel pub

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