Cynthia se quedó mirando abajo, y se sintió lástima por ella. Ella dio la luz a Alain, pero perdió el periodo de tiempo más importante en el que le permitiera estrechar lazos con su hijo. Cuando él necesitaba el cariño de su madre, ella nunca estaba a su lado.
Ahora Alain ya estaba acostumbrado de su ausencia, no se acercó a ella.
Carmen estaba conviviendo con esta pena toda su vida. Aunque era triste, era una gran madre.
Si ella hubiera estado en su lugar, era posible que no habría podido hacer lo que había hecho Carmen.
—Persuades a Alain de vez en cuanto para que no pensara tanto.
Irene suspiró.
—De hecho, lo comprendo perfectamente. Si mi madre falleciera hacía menos de un mes, y mi padre se casaría con otra mujer. No les perdonaría jamás en la vida. Incluso que, a ellos, yo podría odiarles aún más. Y es posible que tuviera ganas de apuñalarla con un cuchillo afiliado. Siempre decimos que tenemos que aprender a empatizar. Solo es fácil decirlo. ¿Quién puede saber cómo se sienten los demás? ¿Quién puede realmente sentir los sufrimientos de los demás? Alain ya ha hecho muy bien. Aunque no se llevaba bien con ellos durante estos años, él nunca les ha hecho ningún acto desproporcionado. Les ha tratado con indiferencia es porque todavía no les podría perdonar. Como esposa, tienes que ayudarle.
—Sí, entiendo.
Cynthia dijo levemente.
Irene tenía razón por algunas cosas que decía, era cierto que no se pudiera comprender los sufrimientos de los demás hasta que les pasara algo igual o parecido.
Al saber todo, ella siempre estaba desde punto de vista de Carmen cuando intentaba a convencer a Alain.
Pero ella nunca había pensado que, para persuadir a Alain, era mejor hablar con él desde su perspectiva.
Él todavía no sabía que Carmen era su madre, no sabía lo que pasó realmente, ni sabía los sacrificios que Carmen había hecho por él.
Después de pensar todo, ella decidió que desde ahora le persuadiría desde punto de vista de su marido.
—Tengo que irme ahora.
Justo en este momento, alguien abrió la puerta del estudio, salieron Alain y Elio.
—Os acompaño.
Elio dijo.
Alain se negó. Diciendo que hacía mucho frío afuera y que el coche estaba cerca, al salir de casa podían subirse al auto en seguida.
Al ver Alain, Cynthia se levantó.
Alain se acercó, dijo:
—Volvemos a casa.
Cynthia asintió.
—Todavía es temprano, ¿por qué no os quedáis un poco más?
Preguntó Irene para retenerles.
—No, gracias. Ya es tarde, tenemos que irnos.
Cynthia tenía muchas ganas de saber lo que habían hablado entre Elio y Alain.
En realidad, Irene le preguntó por cortesía, se notó que Cynthia quería irse de verdad.
—Venís aquí cuando tengáis tiempo.
—Te acuerdo. Volveremos cuando nos vienen bien.
Cynthia vistió a los dos pequeños, vino Irene a ayudarle, dijo:
—Mañana es la nochebuena.
—Cumpliré un año más después del Año Nuevo.
Alessia parpadeó con sus ojos grandes y dijo con voz suave.copy right hot novel pub