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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 337: Envidia y celos

Arturo se quedó sin habla. Carmen parecía tener razón también.

—Pero como hijo, ¿no cree que soy un desagradecido si no muestro ninguna reacción cuando hieren a mi padre?

Santino le educó y crio y le dio la familia Blanca a una persona con quien no tenía ningún parentesco consanguíneo como él. Por eso Arturo estaba tan obsesionado por vengarse

Estaba agradecido y a la vez dolorido. Le parecía injusto que un hombre tan bueno como él fuera torturado después de perder a la mujer que amaba.

Aun sabiendo que la Ciudad B no era su territorio, ¡quería justicia por lo que le sucedió a Santino!

Carmen miró fijamente a Arturo. Tenía que admitir que tenía razón: si una persona era indiferente cuando su persona querida era herida, entonces era un desagradecido total.

—Ya he dicho todo lo que puedo decir. Si insistes, no tengo razones para detenerte. Esto es la Ciudad B, no la Ciudad Blanca. Tenías la iniciativa cuando no sabían de tu presencia. Pero después de lo sucedido, me temo que no te irá tan bien después.

Arturo sabía muy bien que pudo planear el accidente de tráfico de esta vez porque Elio y Alain no sabían que había venido a la Ciudad B. Una vez que Alain o Elio supieran su identidad, sería difícil hacerlo de nuevo.

Los ojos de Arturo se oscurecieron.

—No puedo dejarme este arrepentimiento.

Carmen vio que Arturo había tomado una decisión, no podía convencerle fácilmente. Solo podía dejarle que lo hiciera.

Lo único que podía hacer era garantizar su vida una vez que fuera descubierto.

Por Santino.

Ella se puso de pie.

—Tengo que irme.

Arturo no reaccionó.

Cuando Carmen estaba a punto de abrir la puerta, Arturo la detuvo.

—Mi padre adoptivo quería que me casara con su hija.

Carmen se paró y le miró.

Arturo giró la silla de ruedas hacia ella.

—Diste a luz a un hijo. Quiero saber dónde está ahora. Si es una chica, me gustaría cumplir la voluntad de mi padre adoptivo y casarme con ella.

Carmen apretó inconscientemente el pomo de la puerta.

—No tengo hijos…

—¡Imposible!

Arturo dijo con seguridad. Si Carmen no tuvo hijos, ¿cómo iba a ser esa la última voluntad de Santino?

Solo había una respuesta. Santino sabía que Carmen estaba embarazada, pero no sabía si era niño o niña. Arturo pensó que sería una niña, porque solo una mujer podía casarse con él y por eso lo dijo Santino.

Carmen entró en pánico, pero pronto se calmó.

—Me casé después con la familia Paramés. Todos saben que no tengo hijos.

Arturo la miró y dijo su suposición:

—Tu hijo es Alain.copy right hot novel pub

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