Carmen asintió.
—¿Está dispuesto a parar?
Preguntó Cynthia rápidamente.
Carmen respiró hondo y negó con la cabeza.
—No, y parece que descubrió la identidad de Alain. No dejaré que siga investigando.
Cuando sonó su teléfono, Cynthia estaba a punto de decirle que Alain ya lo sabía.
Era Mauricio.
Cynthia miró a Carmen.
—Voy a contestar primero.
Se levantó, fue hacia la ventana y contestó,
—¿Sí?
—Soy yo, ya tengo lo que Alain me pidió que investigara.
Cynthia se puso nerviosa y se enderezó.
—No puedo explicarlo por teléfono. Mejor hablamos en persona.
Dijo Mauricio.
Cynthia pensó por un momento y dijo:
—Está bien.
Después de colgar, se guardó el teléfono en el bolsillo y regresó al comedor. Vio que Carmen estaba mirando su plato.
Ella sonrió y preguntó:
—Carmen, tendrás hambre.
Mientras habló, cogió un cuenco limpio de la cocina y le dio sus pepinos de mar.
— Estos no los he tocado, espero que no te importe.
Carmen la agarró de la mano.
—No tengo hambre, come tú. Estás demasiado delgada. Arturo es un problema turbio, no te metas en ello.
Cynthia asintió.
Daba la casualidad que tampoco quería entrometerse por Alain.
Carmen volvió a su habitación.
Cynthia se tomó el pepino de mar de un trago, se vistió y salió.
Se dirigió hacia la dirección que le envió Mauricio.
Era un pub, no había mucha gente porque era de día, estaba muy tranquilo. Mauricio estaba sentado en la mesa bebiendo.
Al ver entrar a Cynthia, preguntó:
—¿Qué quieres beber?
—Me vale con un zumo.
Mauricio le pidió al cantinero que le sirviera el zumo, y Cynthia le miró.
—¿Por qué elegiste este lugar?
—Está tranquilo en este momento, y quiero tomar algo.
Bebió un sorbo del alcohol.
Al dejar el vaso, no quitó la mano y jugueteó con él.
—Despreciable y descarado no puede describir la maldad y la insidia de la gente.
Cynthia preguntó con cautela:
—¿Te ha pasado algo?
O si no, ¿por qué dijo de repente eso?
Mauricio no habló y le entregó a Cynthia la bolsa de archivos que estaba en la mesa.
—Míralo tú mismo.copy right hot novel pub