Elio también le dijo que no se levantara. Decía que Irene podía sola.
—De repente me acordé de tu madre hoy, bebe una copa conmigo.
Elio le sirvió un vaso a Alain.
—Todavía estás herido —dijo Irene a propósito—. Qué vas a beber. No puedes.
—Estoy de mal humor, ¿acaso voy a morir por un poco de alcohol?
Irene no sabía qué contestarle y no dijo nada.
Elio levantó su copa para chocar con Alain.
—Ven y tómate una copa conmigo.
Esto había pasado antes también, así que Alain no pensó mucho y bebió con Elio.
Hoy Elio estaba triste, se acordó de Fernanda. Tenía miedo, miedo de que Alain no fuera el hijo de Fernanda.
Quería averiguar la verdad, pero también temía que Alain no fuera su sobrino.
Estaba melancólico.
—Alain, ¿sabes? Me arrepiento tanto de haber dejado que tu madre se casara con la familia Paramés.
Si en ese momento no hubieran considerado los intereses de las dos familias, quizás Fernanda no se habría muerto tan joven...
Cada vez que pensaba en la muerte de su hermana, le dolía mucho el corazón.
—Sabíamos que no le gustaba Alejandro, pero por el bien de la familia, la obligamos a casarse. Finalmente...
Elio tomó un sorbo de alcohol.
El rostro de Alain estaba tranquilo, no se emocionó. Después de tantos años, podía permanecer calmado, aunque la mencionaran.
—Realmente me arrepiento, tu padre me ha decepcionado tanto. Pensé que era un hombre noble y honrado. Pero... traicionó a su matrimonio y me hizo perder a mi única hermana.
Elio golpeó resentido la mesa.
Cynthia lo miró, tal vez había cometido errores, pero su relación con su hermana era tan fuerte y tan real.
Solo quería lo mejor para su hermana, ¿qué tenía de malo eso?
En ese incidente, todos tenían su perspectiva y sus dificultades.
Si tenían que decir quién tenía la culpa, solo podía culparle al destino.
—No hables más, ha pasado ya mucho tiempo. Alain no viene a menudo. ¿Por qué hablas de estas cosas tristes?
Irene le arrebató la copa.copy right hot novel pub