Para Lisa los días que transcurrían eran agridulces, compartía mucho tiempo con su adorado esposo, disfrutando así de un maravilloso tiempo de pareja; comían fuera, la consentía como nunca, Luis Francisco se tomaba uno que otro día libre para quedarse con ella, le hacía el amor con extrema adoración y ella disfrutaba tanto el sentirse amada.
Sin embargo, no tener a Fede allí para cuidarlo, hacía que su felicidad fuese incompleta, quizás fuese una sobreprotectora sin remedio pero extrañaba mucho a su hijo, aunque sabía que él se la estaría pasando en grande con Linda, era extraño, como si Fede fuese la pieza del rompecabezas de todos. Linda, siempre se sentía mejor con él, pero que viajara con ella significaba que no estaría con sus padres, quienes pasaban los días tranquilos pero añorando el regreso de su adorado hijo, y a su vez lejos de sus abuelos que lo adoraban.
Irónicamente Fede, llenaba la vida de unos, mientras que su ausencia lastimaba la de otros.
En ocasiones pensaba que lo mejor sería darle otro hijo a Luis Francisco, pero lo cierto es que se sentía nerviosa de comenzar de nuevo desde cero, aunque consideraba que quizás fuese siendo hora de agrandar un poco la familia.
-¿En qué piensa la mujer de mi vida?- le preguntó su esposo delineando el contorno de sus expuestos senos.
-En todo un poco, mi amor- le sonrío con ternura. Luis Francisco había llegado muy temprano a casa y habían terminado en su habitación haciendo el amor como dos jovencitos enamorados, ahora algunas horas más tarde permanecían abrazados- te amo tanto- le acarició una mejilla- y soy tan feliz a tu lado.
-Yo soy afortunado de tenerte, mi amor- la besó ligeramente en los labios- cada día de vida es el mejor, porque Fede y tu están conmigo y no podría ser más dichoso. Soy inmensamente feliz Lisa Castillo y todo es gracias a ti- los femeninos ojos se tornaron vidriosos. Amaba cuándo él recalcaba lo felices que eran, amaba sentir que después de tantos años si relación no moría en garras de la monotonía, sino que seguían teniendo tanto amor como al principio de su relación.
Se sobresaltaron por el sonido de un celular, que sonaba incesantemente, completamente desnuda Lisa salió de la cama y se dirigió hacia el tocador en donde estaba su bolso, lo tomó y sin observar la pantalla respondió.
-Lisa Castillo, buenas noches.
-Soy Linda- su voz sonaba algo extraña, pero Lisa no puso cuidado en ello.
-Cariño, que alegría que me llames, hoy no pude comunicarme con ustedes quería recordarte que en dos semanas Federico, debe regresar a sus clases, sino puedes traerlo, yo iré por él. – Lisa escuchó como su hermana sollozaba y sonidos extraños escapaban de su garganta. -¿te sientes bien, cariño? , ¿Estás llorando?, ¿Es por Marcus?- se preocupó muchísimo, si las cosas seguían así, tendría que viajar para pedir una explicación a Marcus, por el daño que le estaba ocasionando a su querida hermana-
-¡Oh, Lisa!- la escuchó gemir desconsolada.
-¿Qué sucede, empeoraron las cosas con Marcus?- había fruncido su ceño, comenzaba a enojarse, a Marcus no le agradaría ver a Lisa Castillo enfadada.
-Lisa, Fede. . . está muerto. . . –la escuchó sollozar, y su corazón latió con fuerza, por un instante dejó de respirar. Aquello no podía ser cierto, tendría que haber escuchado mal, sus ojos se abrieron enormes y empezaron a producir dolorosas lágrimas.copy right hot novel pub