LISA. . .
Los meses han pasado rápidamente mi adorado Federico, está cada vez más travieso y juguetón. Es un niño tan precioso que juro que no podría ser más feliz, no cambiaría nada de él, quizás sea porque es mi hijo, pero para mí en una palabras mi Fede es, Perfecto.
Luis Francisco lo adora, desde que Federico nació tiende a llegar más temprano del trabajo y por las tardes se dedica a consentirnos, la verdad es que es un padre adorable, no hace más que amarnos. Linda, ha decidido que quiere ir a un internado fuera de España, no le agrada mucho la idea de separarse de su sobrino, al que no hace más que dedicar arrumacos.
Le he dicho que no debe preocuparse, Federico, la va a estar esperando y he prometido llamarle todos los días para conversar con ella, aun así, acepto irse no muy feliz. Pienso que aceptó solo por complacer a papá que siempre ha querido que asista a ese instituto.
Me encuentro en la cama dándole pecho a Fede, cuándo la puerta se abre dándole paso a mi esposo su rostro se ilumina con una gran sonrisa.
-Todavía es temprano, mi amor.
-No podía estar un minuto más sin ustedes- me responde besando mis labios, para después acariciar la regordeta mejilla de su hijo- Cada día que pasa lo veo más hermoso.
Beso sus labios con amor y adoración. Agradezco a Dios todos los días, me ha regalado el mejor hombre de todos y la familia más hermosa, sin duda alguna mi dicha no podría ser mayor.
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SIETE AÑOS Y MEDIOS DESPUÉS. . .
Federico, entró corriendo al despacho de su padre.
-¡Papá, papá!- llegó apresurado, se detuvo para recuperar el aire. Su padre levantó la vista de los papeles.
-A ver campeón, ¿qué es lo que sucede?
-¡Mañana llega, mañana llega, estoy feliz papá!- Luis Francisco rió.
-Sí, mañana llega campeón.
Luis Francisco, miró a su hijo con adoración. Aquel pequeño niño era su orgullo, su pecho se hinchaba de emoción al verlo. Era el número uno en clases, amaba las matemáticas y pregonaba a gran voz que sería un gran hombre de negocios, igual a su padre, eso no hacía más que hacerlo sentir más orgulloso, si era posible.
-Tenemos que comprarle algo papá, mi tía Linda, no viene desde las últimas vacaciones; la llevaré a conocer mis nuevos amigos, le pediré que me lleve a la clase de natación, luego que me lleve a comer helado- decía rápidamente- o pastel, sería genial comer pastel con mi tía y en la noche dormiré con ella.
-Quizás tu tía querrá dormir sola- le dijo en medio de risas, el niño frunció el ceño.
-Claro que no, mi tía y yo siempre dormimos juntos.
-Las cosas pueden cambiar campeón, tu tía ya es una mujer.copy right hot novel pub