Ella se levantó de la cama, hasta quedar frente a él, lo tomó de la cara con ambas manos.
-¿Qué sucede, mi amor?
-Yo. . . no sé si deba, no sé si deba arrebatarte tu pureza, no. . . no quiero que te sientas forzada u obligada en ningún sentido, solo porque estamos aquí, es mejor parar.
-¿Tan malo es ser virgen?- le preguntó preocupada. Jamás había pensado en su inocencia como algo malo. ¿Por qué estaba él tan preocupado?
-No, Claro que no, preciosa- le acarició el hermoso rostro conternura- No es para nada malo, es hermoso y dulce. . . solo que no quiero que. . .
-No me obligas a nada Marcus, yo quiero ser tuya, completamente tuya. Quiero entregarte mi cuerpo- un escalofrío recorrió la espina dorsal masculina, con la exitación apoderándose de todo su ser-quiero ser tuya.
-Pero, Linda. . .
-No Marcus. Mi cuerpo te necesita, muero porque me hagas el amor- se sonrojó un poco, y comenzó a besarlo.
-¿Estás segura?- preguntó aun dudando.
-Nunca he estado tan segura de algo. Le mostró su hermosa dentadura.
Ya no hubo remedio, se arrojó a la cama con ella, con el debido cuidado para no asustarla, mientras besaba su cuerpo con devoción, era su primera vez y él estaba decidido a darle una primera vez tan tierna, que la recordaría por siempre.
Besó cada milímetro de su cuerpo con plena adoración, se dedicó a consentir a sus hermosos gemelos, coronados por unos tiernos pezones que punzaban de anhelo. Cuando Marcus, succionó uno y presionó el otro Linda, se retorció de placer, desconocía que podía sentir tantas emociones.
Los preliminares parecieron durar una eternidad, cuándo Marcus, cubrió por completo con su cuerpo y separó sus piernas, Linda, casi gimió de felicidad.
Él la miró directamente a los ojos.
-Quizás duela un poco, preciosa.
-Nada que no esté dispuesta a soportar por ti- su cuerpo estaba perlado en sudor y temblaba anhelante.
El momento de posesión fue hermoso, sentir que sus cuerpos se compenetraban de la manera más íntima posible, los hizo realmente dichoso. Ella se sintió plena, llena, amada, aquella había Sido una decisión maravillosa, estaba en brazos del hombre que amaba.
Linda, gemía cada vez que Marcus, se deslizaba en su interior y cuando se retiraba para una nueva embestida ella dejaba escapar pequeños chillidos de puro placer.
Alcanzar la culminación del placer era lo más maravilloso que Linda había tenido la oportunidad de experimentar, por un momento sintió que su corazón se detuvo y que moriría de puro éxtasis.copy right hot novel pub