Celia intentó encontrar el botón para apagarla con pánico, pero al entrar en pánico había activado un nuevo botón…

Todo el fondo de la bañera se empezó a subir y bajar con ritmo.

—¿Qué demonio de bañera es esta? —Celia no sabía ni cómo actuar, pero Eduardo sacó una ligera sonrisa de triunfo.

—Técnicamente hablando, es una bañera erótica.

Eduardo observó las mejillas rosadas y los ojos intranquilos de Celia, se ajustó su posición y de un golpe, entró en su cuerpo.

—Ah... —exclamó Celia. Estaba a punto de regañarle, pero su cuerpo fue lo suficientemente honesto como para adaptarlo completamente.

—Si haces eso... sin avisar... ¡se considera un acto sin consentimiento! —Celia no era capaz ni de decir una frase completa.

Eduardo gruñó suavemente con satisfacción, no hizo ningún otro movimiento, estaba dejándose llevar por la frecuencia vibratoria y el ritmo de la bañera para moverse.

—Pero tu cuerpo lo está disfrutando —Le recordó en voz baja.

Celia iba a hablar, pero Eduardo le golpeó con mala intención, haciéndola gritar incontrolablemente.

—Eduardo.copy right hot novel pub