—Estábamos viendo una comedia en la que aparecía una cama con efectos eróticos, y tú me habías dicho con broma que, si tuviéramos estas cosas eróticas en nuestra casa, ahorraríamos mucho esfuerzo haciendo el amor.

La ternura de Celia se despertó cada vez más al escuchar las palabras de Eduardo.

—¿Hiciste todo esto por mi simple comentario viendo la película? —La voz de Celia se había vuelto ronca después de los jadeos y los gritos tan intensos.

—No tenías esa intención, pero yo me lo tomé enserio.

—Pero esto es una cosa de dos, ¿cómo podemos utilizar...? —Celia se sonrojó un poco más.

—Es la primera vez que te veo disfrutando con tanta locura... —Eduardo levantó una ceja.

—Y qué, he tenido otras locuras... —replicó Celia sin pensarlo.

Eduardo observó con atención la expresión de Celia.

—¿Cuándo? —Sus ojos mostraron una emoción compleja, parecía que quería iniciar una nueva ronda de ejercicios.

—No te lo quiero decir —Celia se dio cuenta entonces de que lo había soltado sin pensar y sólo pudo responder en voz baja.

Eduardo mordió la oreja de Celia hasta dejarla roja.

—También era locura aquel día en que te até a la cama y te violé como un extraño —Las palabras de Eduardo hicieron que Celia se sonrojara de repente.

—No era una locura, solo sentía rabia y desesperación —Celia se apresuró a explicar.

—Tu cuerpo no expresaba desesperación, sólo lujuria, lo recuerdo bien —Eduardo dijo en tono afirmativo.

Celia se quedó bloqueada, tenía una sensación de querer explicarlo, pero sabía perfectamente que no lo conseguiría.

—Pues vale, ¡iré a tener sexo con otro hombre extraño con los ojos vendados para recordar cómo me sentí esa vez! —dijo Celia con un tono que no sabía si era broma o verdad.

—Tonta, sólo puedes ser mía, ¡cómo voy a dejar que estés con otro hombre! — dijo Eduardo en voz bajo, viendo el descontento de Celia.

Celia siguió sin decir nada y se quiso librarse de su abrazo.copy right hot novel pub