—Yo también estaba en conflicto, tengo miedo de que sepas la verdad... —El tono de Eduardo bajó.

—Esos mensajes realmente me hacen poner de piel de gallina... —suspiró Celia.

—En realidad, podrías haber adivinado quién era pensando un poco más —La mano de Eduardo cambió de sitio y subió hacia arriba, consiguiendo juguetear con su pecho.

—¡Ni siquiera me atrevo a asociar esto con tu fría imagen! —Celia intentó quitar la mano de su pecho, pero el hombre se quedó aferrada a ella.

—Tonta, ¿has olvidado que antes me he referido delante de ti como papá? —El tono de Eduardo se agravó.

Celia se quedó un momento atónita, no podía recordar.

—Te dije que te iba a dar todo el amor paternal que te ha faltado en estos años, te voy a mimar como hija y a querer como mujer —Eduardo ayudó a Celia a recordar.

Celia se dio la vuelta aturdida, mirando a Eduardo con unos sentimientos complicados.

«Es verdad, este hombre lo había dicho, ¿cómo no lo he adivinado antes?»

—Es que... no he sido capaz de relacionarte con un pervertido —Celia parpadeó, sintiendo vergüenza.

—¿Qué tiene de malo ser ocasionalmente pervertido? —preguntó Eduardo en voz baja.

Celia enarcó una ceja, este hombre no parecía sentirse culpable por ser un pervertido, sino que tenía ganas de querer continuar.

—Bueno sí, no tiene de malo... pero todo hay que hacerlo con moderación, ¿no? —Celia acarició la barba de Eduardo.

—Te obedezco absolutamente si lo dices —Eduardo enterró su cabeza en el pecho de Celia.copy right hot novel pub