—Mi bebé... —sonó una voz masculina, grave y artificial, haciendo que Celia sintiera un escalofrío.

«¡Es el pervertido!»

Cuando Celia volvió a abrir los ojos, estaba con un antifaz y no tenía fuerza en ninguna parte de su cuerpo. Intentó moverse, pero se encontró atada a la cama.

—¿Quién demonios eres? ¿Qué estás haciendo? —Celia luchó para escaparse, intentando gritar para atraer a alguien.

Una mano con guante le tocó el cuerpo, haciéndola sentir extremadamente humillada.

—Bebé, te extraño tanto... —la voz artificial estaba llena de lujuria, y cada zona del cuerpo que esa mano tocaba, se ponía de piel de gallina.

—Sé que somos compañeros del trabajo, ¡te advierto que no te pases! ¿Sabes quién es Eduardo para mí? —Celia intentó intimidarle.

Al escuchar esto, la mano del pervertido se paró y se le escapó una risa espeluznante.

—¿Por qué lo mencionas? Ni siquiera aceptó a prestarte dinero.

Celia se asustó por las palabras del hombre ya que no esperaba que el pervertido supiera de esto. «Parece que tiene un alto cargo en la empresa».

—¿Eres Amador Montoro, del departamento de marketing? —adivinó Celia.

El pervertido no respondió nada, pero Celia sintió su ira. «¿Adiviné mal?».copy right hot novel pub