Este hombre exploró cada rincón de su cuerpo y dejó rastro en cada centímetro de su piel.

Celia sólo deseaba que terminara ya esta tortura y le diera una oportunidad de respirar. Pero el pervertido no lo quería, la montó una y otra vez, olvidándose del tiempo, como si quisiera integrarla en el cuerpo.

Celia estaba tan cansada y dolorida que se desmayó, sin saber cuándo se había corrido el hombre ni cuándo acabó.

Cuando se despertó de nuevo, ya había amanecido. Celia se esforzó por abrir los ojos. Las cuerdas que la ataban habían desaparecido y el pervertido tampoco estaba.

«¿Se acabó por fin la pesadilla?»

Celia respiró hondo, y se sintió extremadamente cansada. Miró a su alrededor y vio que estaba en una habitación del hotel. La cama estaba ordenada con sólo rastros de ella, y ni nada del olor lujuriado de anoche.

Si no fuera por los moratones de su cuerpo, ¡habría pensado que lo de ayer fue sólo un sueño!

En la mesilla de noche había un cheque de 50 mil euros.

«Mi actual novio mi obligó a devolver la deuda, mi exnovio se resistió a prestarme el dinero, sin embargo, ahora este pervertido cumple su palabra y es generoso dándome dinero». Se rio sarcásticamente, con sensación complicada.

Celia sacó el móvil para llamar a la policía cuando llegó un mensaje de vídeo. En el momento en que abrió el vídeo, le temblaron las manos, y el móvil se cayó sobre el edredón.

En el vídeo, un hombre pixelado montaba sobre ella desnuda, mientras incluso gemía como una descarada, que daba asco...

—Bebé, ayer grabé todo, ¿quieres verlo?

Viendo este mensaje, Celia no pudo evitar recordar su voz fría y artificial.

—¿Qué demonios quieres? —Celia escribió el mensaje con manos temblorosas.

—Me gustan las mujeres buenas y obedientes, ya sabes lo que tienes que hacer.copy right hot novel pub