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⭐Amor sin anestesia

Capítulo 34 Tentada a sentir

“Pero las peores tentaciones son las que realizamos, sin recibir nada a cambio, excepto por el brutal descubrimiento de nuestra debilidad”

Paolo Maurensig.

–La jornada comienza a las 7am, a las 8:00am, habrá un tiempo de 20min para desayunar; la sala de reuniones servirá de comedor; allí tendrán café, sándwich, jugos, agua, te y frutas para el desayuno; la hora de almuerzo será a las 11:30am y a la 1:00 un descanso de 10min para un coffe break–refirió Luis, en la sala, dando las instrucciones del día, continuó diciendo:

–Hoy debemos dejar todo organizado. Los horarios y lugares de las charlas y de igual manera, las entrevistas al director del Ministerio de Salud. De igual manera, los hospitales donde se darán las charlas y quienes irán en ese cargo. ¿Alguna pregunta?

–¿Los grupos los escoge uno?–preguntó Virginia pensando que podría lograr trabajar con Karem.

–¡No!–respondió Luis–yo escogí quienes trabajarán juntos para evitar retrasos–agregó.

–¿Con quién me corresponde, entonces?

–Trabajarás con Victor, Karem con Ernesto y yo con Carmen. Los demás permanecen en el área de redacción y edición. ¿Alguna otra pregunta?

Todos permanecen en silencio, salen de la oficina, cada quien acompañado de su pareja de equipo. Virginia regresa a su oficina, tras de ella, Victor. Karem debe trabajar en la oficina de Ernesto. Carmen va hasta la oficina de Luis.

La mañana transcurre rápidamente. Llega la hora de almuerzo. Apenas si han tenido tiempo para conversar. Algunos acercamientos y roces entre Karem y Ernesto que han debido evitarlos considerando que es su lugar de trabajo y que hay cámaras en casi todo el edificio.

–¿Eres así para todo?–pregunta Ernesto.

–¿Cómo así?

–Tan organizada y eficiente.

–Ehhh, bueno yo diría que muy ansiosa y perfeccionista, por eso trato de hacer todo rápido y bien.

El guiña un ojo. Ella sonrié inocentemente, sin detectar la intención picaresca de Ernesto.

Caminan hacia la sala, se sientan. Virginia se arrima hacia fondo está Karem, le susurra:

–¿Qué tal tu pareja de equipo?

–¡Bien!, nos entendemos

–Yo no podría hacerlo.

–¿El qué, trabajar con él?

–No, entenderlo. Me quedaría contemplando sus labios y ese pecho que tiene y esas pompas. ¿Cuánto calzará?

Karem no puede evitar reír a carcajadas. Ernesto voltea a mirarla. Ella se ruboriza y murmura a Virginia:

–Deja de estar diciendo esas cosas. Cuéntame ¿cómo te sientes?

–Hoy, ya mejor. Mientras esté ocupada no pensaré mucho y así tampoco me sentiré mal.

–Me alegra.

Ernesto se levanta, camina hasta la cafetera. Es imposible, no verlo. Todas las mujeres, incluso John, el de corrección, siguen la figura de aquel hombre alto, rubio y fornido.

–¡Grandes glúteos¡–comenta John.

Todos ríen. Ernesto presiente que hablen de él. Sirve dos razas de café, lleva una para Karem. Entrecruzan las miradas entre ellos.

–Amiga de equipo, un café para que esté despierta y alerta en nuestro trabajo.

–Gracias–responde Karem; él roza sus dedos con los suyos. Ella siente un hormigueo en su cuerpo.copy right hot novel pub

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