"Arte… es amor hecho público.”
Hernando Fuentes.
Al llegar al restaurant donde Diego había acordado con Eliza reunirse, él pidió una copa de vino, mientras llegaba ella. Unos minutos después, la vió acercarse.
–¡Hola mi amor!– dijo ella, mientras se inclinaba para besarlo.
Él viró el rostro, sus labios se toparon con su mejilla. Algo sorprendida, se sentó frente a él, usualmente siempre estaba de su lado.
–¿Estás molesto?– preguntó creyendo que se trataba de su breve retraso.
–¡No, en lo absoluto!
–No sé me dio la impresión por tu forma evasiva de saludarme.
–No, es que acabo de fumarme un cigarillo.
–No sabia que eso fuese impedimento. Pero bien, a lo que vinimos. ¿Me pides una copa?
–Claro, disculpa, estoy algo disperso– respondió, levantó la mano para llamar al mesonero.
El mesonero se aproximó hasta donde estaban.
–Sí dígame– preguntó.
–Otra copa de vino para la dama por favor.
–En seguida señor– dijo, mientras se retira de la mesa.
–Tengo los boletos de avión para este fin de semana. Debemos llegar a Milán por lo menos dos días antes para que te hagan las entrevistas previas al evento.
–Pensé que viajariamos sólo antes de la exposición.
–No mi amor, eso es imposible, tenemos una agenda previa que hay que cumplir. Por lo visto es tu primera exposición internacional.
–Sí, efectivamente es mi primera exposición. Bueno dejo todo en tus manos.
–¿Tu obra se seguirá llenando Musa virtual?
–Por supuesto.
–Pero debes entonces llevar el cuadro y ofrecerlo a la venta. Es oírte de lis acuerdos com los artistas. De hecho, toda obra que se maneje como concepto puede variar sus cuadros, pero si uno de lis cuadros, lleva el nombre de la exposición, generalmente es subastado.
–Está buen, se hará como tú digas, tú eres especialista en eso de las exposiciones. ¡La experta en todo!
Aquella respuesta provoca excitación en Eliza, quien saca su zapato y sube el pie para acariciar las entrepiernas de Diego
Él se siente algo incómodo. Debe decirle la verdad, pero no quiere hacerle daño tampoco. Ella ha sido importante en el logro de aquel sueño. ¿Cómo desdeñarla de su vida, sin que ella se sintiera traicionada?
El mesonero se acercó, él aprovechó con su mano de bajarle el pie. Ella volvió a sentir un cambio demasiado extremo en su comportamiento.
–¡Brindemos por tu éxito!– dijo levantando su copa y chocando con la de él.
Ella bebió un trago, lo miró de forma insinuante. Él sonrió tratando de disimular su desconfort.copy right hot novel pub