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⭐Amor sin anestesia

Capítulo 7 El arte de amar

“Las pinturas tienen una vida propia que se deriva del alma del pintor”

Vicent Van Gohg

Todas las mañanas, Karem revisa su messenger y todos los días, un mensaje de: "buen día", "feliz tarde", "que duermas bien" de Diego, se vuelven comunes. A veces ella le responde, otras veces no. No quiere involucrarse de esa manera con él. Ya sabe lo que duele enamorarse y ser traicionada. A veces la confunden sus pensamientos. ¿Por qué juzgar a Diego, como a otros? No existen motivos aparentes para ello.

Transcurre la semana en la rutina laboral. A veces almuerza con Virginia o comparte en las tardes un café cercano al periódico. Otras veces se reúne en el bar con Camila y Virginia. En las tardes recibe a Elena y continúa contándole aquel cuento.

Esa tarde al salir del trabajo, Virginia le pide un aventón hasta el metro subterráneo.

Karem se ofrece a llevarla. Mientras van en la vía, Karem decide contarle sobre la existencia de aquel amigo virtual y su negación a volverse a enamorar:

–Es un hombre muy inteligente. Sabe mucho sobre arte. Claro es pintor.

Pero su forma de hablar es envolvente.

–Vieja, ¡estás enamorada!, me alegra que vuelvas a ser la misma de antes–afirma Virginia extendiendo sus brazos sobre su compañera.

El semáforo cambia la luz. Karem gira a su derecha. Y Virginia extrañada le pregunta:

–¿Hacia dónde vamos?

–A mi casa. Quiero que me acompañes a tomarnos una botella de vino que compré el fin de semana pero que por estar ocupada, no pude disfrutar de ella.

–Vale, pero detente en esa panadería, quiero comprar unos prifiteroles únicos, que sólo venden allí y que le fascinan a Camila.

Virginia se baja, mientras Karem aparca el auto. De pronto ve, que Virginia viene de regreso, parece perturbada. Se sube al auto. Algo alienada de la realidad.

–¿No había profiteroles?–pregunta Karem para sacar a su amiga de la obnubilación repentina.

–Vámonos de aquí vieja, por favor.

La voz de Virginia está llena de tristeza y dolor. Ella no quiere perturbada, así que dirige hasta su apartamento. Virginia baja del auto y camina como sonámbula, detrás de su amiga. Suben las escaleras. Entran al apartamento. Karem va hasta el congelador, saca la botella de vino. Toma dos copas y ofrece a Virginia una de ellas. Destapa el vino y sirve para ambas.

–¿No sé qué te ocurre, viejita? Pero si necesitas hablar estoy aquí para ti. Si no entenderé tu silencio–dice y levanta su copa para brindar con su compañera. Chocan las copas. Virginia comienza a hablar:

–Estaba allí, con otra chica. Se estaban besando Ka. Camila se estaba besando con otra mujer, que no soy yo, en el mismo lugar donde solíamos ir al comienzo de nuestra relación. ¡No lo puedo creer!

Karem permanece callada, oyendo a su amiga desahogarse:

–¿Sabes? Fui a ese viaje, arriesgando mi empleo. Desde hace meses he visto a Camila distante y he pensado que era yo, quien estaba fallando en la relación. Y esa noche mientras hicimos el amor, sentí algo diferente y nuevamente pensé que era yo quien estaba cambiando. Y no Ka, no era yo. ¡Esa perra! Me engañó con otra. Duele, sabes, duele porque juramos no mentirnos nunca y si alguna de las dos sentía algo diferente, lo hablaríamos y solucionaríamos entre las dos–Virginia bebe en un sólo sorbo la copa. Extiende su mano para que su amiga, vuelva a llenarla.

Karem se acerca a ella. Le ofrece su hombro y acaricia sus cabellos.

–No sé qué decirte viejita. Es muy difícil para mí verte derrumbarte de esa manera, cuando tú sueles ser mi apoyo siempre.

–No soy tan fuerte vieja, no lo soy. Siempre quise mostrarme alegre y fuerte.copy right hot novel pub

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