Abro los ojos lentamente, y lo primero que veo son unas fotos que nos tomamos con mis amigas en la cabina fotográfica del cine hace un mes, cuando salimos para celebrar los exámenes finales.
La tomo entre mis manos y sonrío melancólicamente al ver como en la última foto las cinco nos abrazamos eufóricamente, dejando a Mía en el centro. La abrazamos como si supiéramos lo que pasaría días después.
Suelto un suspiro dejando la foto a un lado y acomodando mi cuerpo para quedar con la vista fija en el blanco techo.
Hace exactamente una semana que fue el funeral de Mía y, a pesar de que Caden viene todos los días a verme, me siento muy sola.
No he tenido mucho contacto con mis amigas, y lo entiendo, ya que todas queremos tener nuestro espacio de duelo.
Cuando no viene mi novio, me la paso recostada en el jardín trasero pensando bajo la luz de la luna y las estrellas, recordado a Mía.
Siento que ya es momento de que volvamos a unirnos como amigas, sobre todo en un momento tan doloroso para todas. Necesitamos apoyarnos mutuamente.
Me levanto de la cama para darme una ducha rápida, y me visto con un jeans negro y una camiseta de rosas rojas.
Tomo mi teléfono para escribir en el grupo de WhatsApp con las chicas, para ver qué dicen de juntarnos mañana y conversar un poco.
Siento una punzada cuando pienso en Mía, en sus cosas.
Según lo que sabemos, todas las pertenencias que llevaba encima habían sido robadas, a excepción de su tarjeta de memoria y Sim para evitar rastreo.
Al parecer, el asesino era bastante inteligente y tubo el tiempo suficiente para hacer todo eso sin dejar huellas.
Suelto un suspiro y, con el dolor de mi alma, elimino a Mía del chat grupal para evitar problemas con el asesino, el cual tiene acceso a toda la información de su teléfono, incluyendo sus mensajes.
Me quedo mirando la pantalla.
"Eliminaste a Míaa"
Muerdo el interior de mi labio inferior y me detengo en las escaleras antes de bajar.
—Lo siento Mía —susurro. Y lo siguiente que pasó fue tan rápido que no tuve tiempo de siquiera reaccionar a agarrarme de algo.
Pierdo completamente el equilibrio cayendo de lado en la esquina del escalón. Mi teléfono cae antes que yo, y no me doy tiempo de tomarme del barandal ni afirmar mis pies, cuando empiezo a arrastrarme hacia abajo golpeándome un par de veces en la cabeza, sin contar todo los golpes en mis costillas y brazos.
Suelto un quejido de dolor y abro mis ojos con dificultad.
Intento ponerme de pie, pero mi cabeza palpitaba muy fuerte cada vez que lo hacía.
Una lágrima se desliza por un lado de mi rostro y busco mi teléfono a mi alrededor, pero estaba lo suficientemente lejos como para alcanzarlo y poder pedir ayuda.
Me quedo ahí en el suelo por aproximadamente 1 hora, hasta que consigo moverme y caminar lentamente para tomar mi teléfono e ir como puedo a sentarme al sillón a descansar mi cabeza un rato más del golpe.
(...)
*Summer*
Hago a un lado el desorden en mi escritorio para poder poner mis géneros, ya que decidí que haría unas flores a Mía para que su lugar en el cementerio quede perfectamente hermoso y colorido, como se lo merece.
Levanto un cuaderno para lanzarlo a la cama, y me quedo helada cuando del cae una hoja que reconozco enseguida.
«Esto recién empieza, y ahora sabrán quien soy. Nos vemos en la otra vida»
Suspiro y niego haciéndola a un lado. Cada vez que la recuerdo, una extraña sensación me invade.
Decidí guardarla yo, sin saber realmente para quién era. Después de todo, tres vivimos en esta casa, y la nota estaba en la puerta de entrada.
Estaba por sentarme en mi escritorio cuando la alarma de mi teléfono suena. Frunzo el ceño y miro la pantalla: "Junta a las 17:00hrs"
Casi salto con la silla cuando lo recuerdo.
Miro la hora. Tan solo quedan 15 minutos.
Me apresuro a buscar algún chaleco para abrigarme, y me hago un chongo alto intentando guardar mi gran melena rizada en una coleta, para luego tomar mi teléfono y salir apurada de la casa. Definitivamente las chicas se molestarían un poco.
Mientras camino al local de malteadas frente a la plaza central, pienso en todo, intentando no recordar a Mía con tristeza.
Sonrío y siento mi pecho inflarse con la emoción al ver que volveríamos a reunirnos.
Desde hace casi dos semanas que no hemos hablado como lo hacíamos antes. La última vez que nos vimos fue en el funeral de nuestro ángel, donde por suerte cruzamos miradas. Pero ahora, por fin una de nosotros tuvo el impulso de pedir que nos volvamos a reunir, sorprendiéndome un poco el que haya sido Sky.
—¡Cuidado niña! —el estruendo de una bocina y mi corazón a mil por hora es lo único que pude captar.
De un momento a otro, un auto estuvo a punto de atropellarme.
Me quedo en mi lugar notando que ya había cruzado la calle viva, no sé ni cómo.
—¿Estás bien? —una señora que andaba por ahí me observa con preocupación. Asiento repetidas veces aún con estado de shock— Deberías tener más cuidado —niega frunciendo los labios y se va. Suelto un suspiro y sigo mi camino con mayor precaución, con todos mis sentidos en su máximo estado.copy right hot novel pub